El oro de Salamón, la historia leonesa de un proyecto infructuoso
El oro de Salamón, la historia leonesa de un proyecto infructuoso.
Una fortuna de 500.000 onzas que puso en peligro el entorno natural del pueblo, ante la posibilidad de que creasen una explotación aurífera.
Desde mediados del siglo XX, Salamón ha sido escenario de numerosos estudios y ha estado en el foco de empresas mineras por contar con un importante yacimiento de oro. Muchos lo habrán olvidado, otros ni siquiera lo sabían, pero el bello entorno natural de este pueblo de la Montaña Leonesa estuvo en peligro por esconder unas 500.000 onzas de oro.
Una fortuna de 1.122.500.000 euros, según su precio hoy en día, que nadie se atrevió a sacar a la luz por la enorme inversión que supondría poner en marcha una explotación, así como la complejidad de extraer y tratar el valioso metal para separarlo del resto de minerales presentes. Una ardua labor que se complicaba por la dificultad de conseguir permisos para actuar en un espacio protegido tras la creación del ahora Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Durante las décadas de los 60 y 70 muchos los geólogos extranjeros comenzaron a visitar la localidad deseosos de poner sus manos sobre el oro de Salamón. Fue la British Petroleum (BP) Minera España quien descubrió el yacimiento en 1985 y realizó los primeros sondeos para estudiar en profundidad sus posibilidades, con el objetivo de localizar una cantidad suficiente de reservas que hiciese viable una explotación.
El terreno sobre el que se halla se extiende a lo largo de una línea desde Los Pozos de Las Salas, pasando incluso bajo todo el pueblo en dirección este-oeste, hasta la cuesta del Valle, coincidiendo con la falla de León.
Allí, BP acumuló varios kilómetros de perforación y envió muestras a Inglaterra, a lo que se unieron otros trabajos de cartografía, muestreo del terreno, pruebas de conductividad, fotografías desde satélites para analizar las densidades del suelo... Y, a partir de ello, concluyeron que se podrían obtener en algunos puntos unos 118 gramos de oro por tonelada de tierra extraída, una proporción al nivel de las minas de Sudáfrica o Siberia, pues por aquel entonces en Europa se consideraba rentable la extracción a partir de 3 o 4 gramos por tonelada. La media establecida años después se situó en los 12,2 gramos.
En 1989 la compañía traspasó todas las concesiones y permisos a la empresa Riomin Explorations, filial de Minas de Río Tinto, que no llegó a realizar ningún tipo de actividad y, finalmente, se hizo cargo de los derechos de estudio sobre la zona SIEMCALSA, empresa participada por la Junta de Castilla y León. Esta en 2003 volvió a realizar trabajos de cartografía geológica, sondeos, modelización del yacimiento, cálculo de reservas y finalización de los estudios mineralógico y sedimentalógico.
En base a las investigaciones, se estimaron unas reservas de oro que podrían llegar a las 500.000 onzas de oro, unos 1.122.500.000 euros según el precio del metal hoy en día. Aun así, esa cantidad no sería suficiente para afrontar el proyecto. Aunque no se hizo un estudio de viabilidad, por comparación con otras minas, harían falta unas reservas cuatro veces superiores.
El problema, que el preciado metal se encuentran en rocas carbonatadas de tipo carlin, es decir, se trata de oro invisible asociado a otros metales y minerales, lo que hace difícil su extracción e implica un complejo proceso de tratamiento, que requiere el uso de grandes cantidades de cianuro, sustancia altamente tóxica, para obtener un gramo de oro.
Así, gracias a la propia naturaleza del yacimiento, que no cuenta con una buena veta de oro, el paisaje de Salamón, en plena Montaña Oriental Leonesa, no se ha visto alterado y sigue ofreciéndonos un auténtico espectáculo para los sentidos.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Salamon.es