Interceptado en Villamañán (León) un coche circulando con una rueda echando chispas
Interceptado en Villamañán (León) un coche circulando con una rueda echando chispas.
El conductor dio, además, positivo en alcoholemia y fue denunciado por no hacer caso a las señales de parada de la Guardia Civil.
La Guardia Civil de Tráfico interceptó el pasado miércoles en Villamañán (León) a un conductor de 64 años, con domicilio en Portugal, que circulaba por la A-66, en sentido Asturias, con la rueda delantera derecha en llanta y echando chispas. El hombre dio, además, positivo en alcoholemia y fue denunciado por no hacer caso a las señales de parada de la Guardia Civil.
Los hechos tuvieron lugar el pasado miércoles sobre las 18:00 horas, en las proximidades de Villamañán (León), cuando una patrulla del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Benavente interceptó al conductor de un turismo Honda, Modelo Civic, al observar que circulaba a la altura del kilómetro 172 de la Autovía A-66, sentido Asturias, con la rueda delantera derecha en llanta, echando chispas.
Al identificar al conductor, se observó que circulaba irregularmente por lo que se le sometió a pruebas de detección de alcohol, arrojando un resultado positivo (0.33-0,30 mg/l). El conductor fue denunciado también por circular varios kilómetros sin hacer caso de las señales de parada de los agentes encargados de la vigilancia del tráfico.
El vehículo quedó inmovilizado para garantizar la seguridad del resto de conductores, apoyando en las diligencias instruidas una patrulla de motoristas del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de León.
El delito de alcoholemia puede conllevar una pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
La ingesta de bebidas alcohólicas, así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Comandancia de la Guardia Civil de León