Conoce los distintos tipos de llaves y cerraduras para una máxima protección

Una buena cerradura, con su llave de calidad, es la mejor protección con la que puede contar un hogar, oficina o cualquier inmueble en general. Las cerraduras anti robos son la opción ideal para que los ladrones no puedan forzar el acceso a las puertas.

La seguridad del hogar debe ser una prioridad, pues cada día los criminales descubren nuevas técnicas y estrategias para abrir cerraduras, robando las pertenencias y poniendo en peligro la integridad de los habitantes. Algunos ladrones más astutos, incluso, conocen las formas de abrir las puertas de un coche sin las llaves, algo que puede significar la pérdida del automóvil.

Para evitar tales situaciones se necesita contar con la última tecnología del mercado, en cuanto a cerraduras se refiere. La gran mayoría de los hogares cuenta con cerraduras antiguas, y los criminales se aprovechan de ello para forzar el acceso y llevarse lo que quieran. En caso contrario, al ver que el hogar cuenta con una protección adecuada a los nuevos tiempos, muchos ni siquiera intentan entrar.

La asesoría de un buen cerrajero en Barakaldo es indispensable para conocer qué tipo de cerradura se debe instalar en el hogar u otro tipo de inmueble. Las llaves más avanzadas son más difíciles de copiar y vulnerar, siendo las ideales para usar en la actualidad. El cerrajero es capaz de recomendar los mejores tipos de llaves para una vivienda específica, siempre teniendo en cuenta el presupuesto del cliente y el diseño del inmueble.

¿Qué tipos de llaves existen?

Las llaves tradicionales son las que hemos tenido toda la vida, las fabricadas con metal o aluminio que tanto se han usado para proteger los hogares. Las más comunes son las de sierra, en la que uno de los bordes está dentado. Hoy en día no son las más seguras, pues son vulnerables a técnicas de forzado como el bumping, el ganzuado o el impresioning.

La llave de Borjas es otro tipo de llave cuya cerradura se usa en las puertas blindadas y en las cajas de seguridad. Consisten en un cilindro largo en cuyo extremo se encuentra una pala plana, con varios dientes de forma rectangular. Estas llaves necesitan de escudos que la mantienen resguardada de los robos, pues son vulnerables al ataque “magic key”.

Existen también las llaves de seguridad, comunes en puertas blindadas o acorazadas. Sus dos bordes son rectos, y el código se encuentra en las caras, se ve a simple vista en sus hendiduras. Estas llaves son las más seguras del tipo tradicional, pues son resistentes al bumping y no pueden duplicarse sin autorización del propietario.

Otros tipos de llaves existentes son las llaves de pompa, las llaves tubulares o las llaves cruciformes. Se recomienda hablar con un cerrajero, quien podrá dar un presupuesto dependiendo del tipo de llave que se requiere, siempre teniendo en cuenta las características de la vivienda. Cada hogar necesita un tipo de cerradura distinta para poder estar protegido al 100%.

Las llaves electrónicas, una vista a la modernidad

Los avances tecnológicos han influido en el sector de las cerraduras, mostrando nuevos tipos de protección para el hogar que se destacan por su innovación y su alto nivel de seguridad. Un ejemplo son las cerraduras electrónicas con teclado digital, en el que se tiene que colocar un código para abrir la puerta, haciendo que sean totalmente resistentes a técnicas como el impresioning.
 

Las cerraduras biométricas, por su parte, requieren colocar una huella dactilar para poder abrir la puerta. Estas cerraduras no tienen cavidad para insertar la llave, por lo que sus revestimientos externos son mucho más fuertes. Se suele combinar este tipo de cerradura con las cerraduras de teclado digital para lograr una doble capa de protección.

Incluso, existen cerraduras invisibles, las cuales tienen un diseño minimalista que pasa desapercibido en los ojos de los ladrones. El bloqueo y desbloqueo de la puerta se realiza desde el teléfono celular, ya sea por WiFi o Bluetooth, todo mediante una app de reconocimiento de voz, teclado digital o huella dactilar, que funciona desde el mismo dispositivo móvil.

Las cerraduras electrónicas ofrecen una alternativa distinta a lo típico, utilizando “llaves” digitales casi imposibles de copiar o vulnerar. La seguridad aquí depende del dueño del hogar: si se tiene un código para abrir la puerta se debe procurar no decírselo a nadie más, aparte de los mismos habitantes de la casa. Al menos se tiene la certeza de que los métodos de fuerza no funcionarán de nuevo en la vivienda.

Llaves codificadas, ¿para qué sirven?

Los vehículos son uno de los bienes más buscados por los ladrones, razón por la que hay que protegerlos lo mejor posible. Muchos piensan que la cerradura del coche es suficiente, pero esto depende del tipo de cerradura y llave utilizada: es preciso hablar con un cerrajero especializado para poder asegurarse de que el coche no tiene ninguna vulnerabilidad que pueda ser aprovechada por los criminales.

A la hora de colocar una cerradura de seguridad en un automóvil no solo basta con utilizar una llave. Esta debe estar también codificada, es decir, debe incluir un chip transponder en su interior, el cual envía una señal que el coche reconoce. Una vez se obtenga la señal, se puede abrir la puerta del vehículo. Por más que se copie la llave, si no incluye el chip será imposible acceder al automóvil.

Es muy común que las llaves codificadas vengan acompañadas de un pequeño mando a control remoto, para poder enviar la orden de apertura de la puesta desde la distancia. Es una manera más cómoda de abrir la cerradura, y sigue siendo una buena forma de proteger el coche contra robos.

Algunos cerrajeros se especializan en la copia de llaves codificadas, permitiendo que se pueda contar con un duplicado que verdaderamente funcione con la puerta del coche, no como las réplicas mal hechas de los criminales. La idea es instalar un chip que envíe los mismos códigos de la llave original, y para eso se requiere de un trabajo profesional y bien realizado.