El Pozo Rafael de Vallejo de Orbó, uno de los pocos pozos maestros del siglo XIX
El Pozo Rafael de Vallejo de Orbó, uno de los pocos pozos maestros del siglo XIX.
Su construcción en 1874 contribuyó al desarrollo de una infraestructura única en la historia de la minería española, el Canal de Orbó.
El Pozo Rafael, que se construyó en 1874 en lo que hoy es Vallejo de Orbó, es uno de los pocos pozos maestros anteriores al siglo XX. La Sociedad Minera La Esperanza de Reinosa fue la encargada de abrir este socavón vertical sobre la mina de montaña San Ignacio, con el objetivo de seguir extrayendo carbón tras el agotamiento de la explotación en la ladera.
Alcanzó una profundidad inicial de 112 metros y pronto comenzó a sufrir uno de los problemas tradicionales de las explotaciones de carbón, las filtraciones de agua. Para ponerles solución, el ingeniero de minas Mariano Zuaznávar, que se hizo cargo del Pozo en 1879, llevó a cabo la construcción de un canal navegable por el interior de la mina, una infraestructura única en la historia de la minería española: el Canal de Orbó.
El conducto partía de la cota 112 del Pozo Rafael, coronado por un castillete de ladrillo, y finalizaba, tras un recorrido subterráneo de 1.775 metros de longitud, cerca de la estación de ferrocarril de Cillamayor, donde se hacía una selección del carbón.
Posteriormente, en 1901, se amplió su profundidad hasta los 150 metros para crear la cota conocida como primer piso. En esa época, con Zuaznavar a los mandos de la mina, se renovaron también la máquina de extracción y las calderas y se dio un nuevo transversal.
El yacimiento era un filón y cada nueva zona de extracción aportaba toneladas y toneladas de carbón que motivaron a la empresa a seguir desarrollando la explotación. Por ello, en 1907 se avanzó hasta el segundo piso, situado a 230 metros de profundidad, y al año siguiente se continuó hasta el tercero, con el que el Pozo Rafael superó los 300 metros.
En 1909, el Marqués de Comillas, hombre de negocios que supo ver la importancia del carbón para muchos de ellos, constituyó La Carbonera Española y convirtió la cuenca de la Montaña Palentina en otro de sus feudos. Se hizo con las minas de Orbó y la empresa se ocupó de modernizar las instalaciones, actualizar la maquinaria de extracción e introducir los martillos neumáticos.
Al tiempo que se desarrollaba la actividad en el Pozo Rafael, nació y creció también el poblado minero de Vallejo de Orbó. En su época dorada llegó a contar con cerca de 2.000 habitantes, cantidad que contrasta con el centenar actual.
En él, ambas empresas dispensaron no solo vivienda sino también otros servicios para sus trabajadores, como la escuela, economato, hospital, farmacia, cine, etc. De esta forma, las compañías hacían más fácil la vida a los mineros a la vez que tenían mayor poder para ejercer presión en caso de que se produjeran huelgas.
De vuelta en el pozo vertical, esta nueva época en manos de La Carbonera Española dio lugar a la construcción de más instalaciones en los alrededores del castillete de ladrillo, y a la electrificación del canal subterráneo en 1916.
Un desarrollo de la explotación que continuó entre 1926 y 1928, cuando pasó a manos de Minas de Barruelo. Se volvió a reprofundizar, aunque en esta ocasión se realizó con un contrapozo situado a 350 metros de la caña principal. Con él se alcanzaron dos pisos más, el cuarto y el quinto, con profundidades de 374 y 438 metros respectivamente.
Después de su auge, en 1965 llegaría su declive, coincidiendo con la venta de la mina a la Hullera Vasco-Leonesa, que se hizo cargo también de los Pozos Peragido y Calero de Barruelo de Santullán. La empresa presentó en 1967 un expediente de crisis que desencadenó el cierre y puso fin en 1969 a la historia del Pozo Rafael.
En la actualidad, de todo el complejo con el que llegó a contar la mina apenas se conserva solo su castillete de ladrillo y sillería. Mientras que del majestuoso Canal de Orbó únicamente puede verse la parte superior de la arcada, con una piedra de clave donde figura el acrónimo de la Sociedad Esperanza y la fecha de 1883.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Centro de Iniciativas Turísticas Barruelo-Brañosera; Asociación para la Recuperación del Patrimonio Industrial (ARPI); Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán
Escribe tu comentario