El otoño despierta con el sonido de la berrea

El otoño despierta con el sonido de la berrea.

La época de celo del ciervo es uno de los espectáculos naturales más especiales en la Montaña Leonesa, con el bramido reverberando... 

Un año más es la berrea, el periodo de celo del ciervo, la encargada de despertar el otoño en la Montaña Leonesa. Estos fabulosos animales comienzan a hacerse notar bramando al despuntar el alba y con la caída del sol, y esperan pacientes a que las hembras acudan a su llamada.

Durante esta época sus sonidos guturales retumban entre las cumbres y se libran auténticas batallas épicas entre los machos. Todo por el favor de las hembras, que elegirán en base a una superioridad que garantizará la perpetuación de la especie con los mejores ejemplares. 

Los bramidos, que dan inicio al ciclo biológico del apareamiento, son largos e intensos para intentar atraer al máximo número de hembras y anunciar a los ciervos rivales que están por la zona. Pero el cortejo va más allá y está envuelto en toda una serie de costumbres que convierten la berrea en todo un espectáculo para los amantes de la naturaleza. 

Los venados defienden la posesión de su manada a base de hacerse notar, lucen sus cornamentas y marcan territorio, dejando su impronta en el suelo y en lo troncos de los árboles. Por su parte, las hembras esperan a que se produzca el encuentro entre dos machos, sabiendo que librarán una lucha ritual por ella. 

Cuando el encuentro tiene lugar, los machos empiezan a berrear más fuerte, provocando un efecto atronador en los bosques, y se preparan para entrechocar sus cornamentas. Comienza así una lucha feroz que solo terminará hasta que uno de ellos se dé por vencido, agotado tras una batalla que puede durar horas. 

Aquel que salga vencedor podrá copular con las hembras, que demuestran una suma paciencia durante la pugna porque saben que el que se ha impuesto es el mejor semental. Tal es así, que los machos ganadores pueden llegar a reunir harenes de hasta 50 hembras.

Todo este ritual suele tener lugar en los territorios donde las hembras beben agua o se alimentan y es, sin duda, uno de los espectáculos más especiales de la naturaleza, que tiene en la Montaña Leonesa, a su vez, uno de los mejores escenarios.

Pero para disfrutar de él es imprescindible ser muy respetuoso, mantenerse en silencio y utilizar prismáticos para respetar una distancia prudencial con el fin de no molestar a los animales. 

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Archivo - Berrea