¿Cuáles son las diferencias entre los laboratorios clínicos y los laboratorios químicos?

Si bien lo primero que viene a la mente cuando escuchamos la palabra laboratorio es un biólogo vestido de bata blanca pegado a un microscopio, cada disciplinas cuenta con un espacio diseñado para realizar investigaciones de acuerdo a la rama de la ciencia a la que se dedican.

Particularmente hablando de los laboratorios clínicos y químicos, existe una notoria diferencia. Mientras los primeros son especialistas en el estudio de las propiedades biológicas, los segundos analizan las propiedades químicas de las sustancias, compuestos o elementos.

En este sentido, la clave de su funcionamiento radica en elegir tanto los instrumentos y equipos, como mobiliario de laboratorio adaptado a las necesidades de cada uno, de lo contrario es imposible garantizar la seguridad.  

¿Qué es un laboratorio clínico?

Básicamente, los laboratorios clínicos son aquellos que están vinculados a la rama médica, por lo que analizan muestras de naturaleza biológica tanto de los humanos como de los animales.

Por lo general, se encuentran ubicados dentro de los hospitales y representan una pieza indispensable en la preservación de la salud.

Esto obedece a que no sólo basan su funcionamiento en el estudio y diagnóstico de las diferentes patologías de los pacientes, sino que brindan conocimientos claves que permiten descubrir nuevas enfermedades y tratamientos.

Otra característica básica de este tipo de laboratorio es que los ensayos o determinaciones se realizan “in vitro”, normalmente a partir de muestras clínicas de sangre, heces y orina. Sin embargo, para ciertos estudios también es común el uso de líquido cefalorraquídeo, sinovial y de exudados vaginales o faríngeos. 

¿Qué es un laboratorio químico?

A diferencia del caso anterior, analizan compuestos, mezclas o elementos de carácter químico. Atendiendo a ello, existe un potencial riesgo de toxicidad que debe gestionarse a través de medidas de seguridad y regulaciones estrictas según la clase de materia con la que se trabaja.

Dentro de esta categoría es posible diferenciar tres subtipos. En primer lugar, tenemos a los laboratorios de análisis químicos encargados de identificar, verificar y cuantificar las sustancias y componentes.

Por otra parte, están los dedicados a la síntesis orgánica de compuestos enfocados en la capacidad de reacción y los de inorgánica, cuyos proyectos tienden a estar centrados en las propiedades de los materiales.  

Diferencias entre el laboratorio científico y el químico

De acuerdo a sus respectivas definiciones y características, estos dos tipos de laboratorios se diferencian en el origen de las muestras con las que trabajan. Mientras las de los laboratorios científicos tienen carácter biológico, en el de los laboratorios químicos son de naturaleza química.

Del mismo modo, son evidentes las siguientes disparidades:

Servicios que ofrecen

Los laboratorios clínicos se centran en confirmar los diagnósticos preliminares de los pacientes, esclarecer factores de riesgo, descubrir nuevas patologías y servir de base para monitorear el progreso de los diferentes tratamientos.  

Asimismo, está relacionado con otras ramas de la medicina como lo son la bioquímica, la microbiología, la hematología y la inmunología.  

Por su parte, los laboratorios químicos analizan las características de las sustancias químicas, entre ellas su nivel de pH, radioactividad, puntos de ebullición y congelación, así como grado de solubilidad o poder calorífico. 

En este sentido, los experimentos suelen estar destinados a la confirmación de teorías, los ensayos son de tipo científico y, generalmente, tienen la finalidad de obtener datos que sirven de base al momento de realizar los informes. 

Equipamiento

Sin duda, el análisis químico requiere mayor nivel de seguridad respecto a los ensayos o determinaciones que suelen realizarse en los laboratorios clínicos.

Además de superficies resistentes a los productos químicos y la fuerza mecánica, debe contar con una vitrina extractora de gases que cumpla la función de minimizar el riesgo químico.

De igual manera, es necesario disponer de armarios de seguridad que sirvan para resguardar los productos y materiales, duchas y lavaojos en los que limpiarse en caso de contacto accidental con sustancias tóxicas.  

Servicios

Si bien todo depende de cada laboratorio, de forma regular, el trabajo clínico gira en torno a tres servicios fundamentales: estudio, diagnóstico y prevención. Las muestras extraídas son analizadas a fin de detectar las patologías, pero también, ofrecen la información necesaria para implementar medidas preventivas.

Contrariamente, el trabajo químico está relacionado con diferentes determinaciones químicas, por ejemplo, el análisis de muestras de agua, sedimentos, rocas, sales, relaves y salmueras. 

Riesgos de trabajar en un laboratorio

Aun cuando los peligros son más potenciales en el manejo de sustancias químicas, la ausencia de pautas de seguridad en un laboratorio clínico no sólo puede poner en riesgo la integridad de sus trabajadores, sino la veracidad de los resultados, sin apartar las posibilidades de contaminación.

El simple hecho de manipular una muestra, sean de naturaleza biológica o no, requiere de métodos y procedimientos adecuados, así como de un espacio dotado de equipos y materiales de calidad, elegidos en función del nivel de peligrosidad.

Antes de comenzar sus labores, las personas deben disponer del conocimiento y los elementos que va a necesitar, de lo contrario, es imposible garantizar un trabajo seguro.