Cuénabres está de enhorabuena por los 101 años de su vecina Felisa

Cuénabres está de enhorabuena por los 101 años de su vecina Felisa Muñiz.

Esta leonesa centenaria trabajó desde muy joven y ha criado a 6 hijos, que le han dado 10 nietos y 7 bisnietos "por los que la vida merece un año más".

Hoy Cuénabres está de enhorabuena y rinde homenaje a su vecina Felisa Muñiz por su 101 cumpleaños. Nacida en esta localidad del municipio de Burón el 21 de febrero de 1922, su longeva vida ha merecido la pena por ver crecer a sus 6 hijos, 10 nietos y 7 bisnietos. 

Pero, como en toda vida, siempre hay cosas que ensombrecen el transcurrir de los días, aunque pesan más las luces de los buenos momentos. Felisa Muñiz recuerda con miedo la Guerra Civil Española, que vivió con solo 14 años, el rugir de las bombas que caían en el Valle de Valdeón y la vecina Asturias, aunque en la actualidad, a veces, se le olviden los pequeños detalles.

Trabajó como criada para una familia en Riaño y, más tarde, en la localidad de Grajalejo de las Matas, por ello, no llegó a casarse con el que ya era su novio desde hacía años hasta que cumplió los 28 años, él con 32; más tarde de lo que era habitual en aquella época. 

Siempre ligada a su localidad natal, en la Montaña Oriental Leonesa, se casó en Cuénabres, donde nacería el primero de sus hijos en 1952, después llegarían otros dos varones y las tres niñas, las pequeñas, que la han convertido en abuela y bisabuela. 

Durante aquellos años compaginar vida familiar y laboral no era el ideal de 'conciliación' por el que ahora se lucha, y mientras su marido trabajaba fuera del pueblo, Felisa Muñiz se ocupaba de sus hijos, del ganado, cultivaba su propio huerto, araba, ordeñaba, y realizaba otras muchas labores que solían realizar los hombres.  

Más tarde, superada ya la sesentena, se mudó a Madrid con una de sus hijas, principalmente por salud y comodidad ya que en su pequeña localidad, con poco más que 24 habitantes censados según el Instituto Nacional de Estadística, era más difícil atenderla.

A sus 101 años no camina por sus problemas de cadera, pero sigue manteniéndose lúcida y con salud aunque la edad, como es lógico, se va notando. Sin embargo, al cuidado de la mayor de sus hijas continúa superando día tras día el centenario que alcanzó hace un año. Un sacrificio, el de su hija por cuidarla, del que están muy orgullosos y agradecidos el resto de sus hermanos.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Felisa Muñiz