La guerra también está aquí

La guerra también está aquí.

OPINIÓN/ "Hay una zona del territorio leonés que condensa muchas problemáticas, y no es casualidad. Es la lucha por el desmantelamiento del Campo de Tiro del Teleno..."

León, Octubre del 2022. El tiempo pasa, y la época de apañar castañas se acerca, ya no huele a vacaciones estivales pero las graves problemáticas que sufre el pueblo trabajador leonés y que en verano fueron muy evidentes siguen desarrollándose y agudizándose; El expolio energético, el desmantelamiento de servicios públicos, la precariedad laboral p.e de los bomberos forestales, la ofensiva al territorio o el aumento del empobrecimiento por la incesante inflación. Hay una zona del territorio leonés que condensa todas estas problemáticas, y no es casualidad. Es la lucha por el desmantelamiento del Campo de Tiro del Teleno, recientemente reactivada. Este verano tuvimos que ver como dia a dia el fuego iba avanzando y acabó saltando de nuevo los límites del propio Campo de Tiro arrasando mas de 3600 hectáreas.

Echando la mirada atrás y escuchando las visiones a favor y en contra. Esta claro que la existencia del Campo de Tiro tal y como lo conocemos hoy, se pudo producir por las propias condiciones materiales, políticas y sociales en las que se encontraba León a principios de los años 80 y que a dia de hoy siguen vigentes: desmantelamiento, despoblación y abandono institucional. Una Valdería y Maragatería que vivió una década antes su segundo proceso de migración masiva del siglo XX.  Esta vez destinado a dirigir mano de obra barata a grandes ciudades, especialmente a Madrid, León e incluso fuera del estado. Produciendo un abandono de tierras de cultivo, forestales y de producción ganadera, destrucción del arraigo y el cierre de diferentes actividades que servían de sustento en una economía de autarquía. En su momento, los recién migrados/as o sus hijos/as con sus herencias pudieron acogerse a unas “suculentas” indemnizaciones por las expropiaciones forzosas. Estaba claro, sin tantos pobladores el territorio era mas difícil de ponerlo en valor y con ello la resistencia también sería menor, aspecto que el estado era consciente a la hora de iniciar procesos de expropiación para la realización de macroproyectos. Riaño fue otro ejemplo de ello. A la par de este hecho y no siendo contradictorio también hubo un gran rechazo y organización social en contra del Campo de Tiro que pudo movilizar en contra de su existencia y  concienciar en torno a la lucha antimilitarista, muy activa en aquella época.

Hoy 30 mas tarde, vemos las consecuencias directas del Campo de Tiro del Teleno;  incendios recurrentes, desperfectos en caminos y otras infraestructuras, contaminación de suelos y aguas, destrozo de restos arqueológicos, o pruebas de tiro con fuego real; las ultimas hace tan solo una semana. Los pobladores actuales de estos pueblos realmente son los que tendrían que tener la capacidad de decidir y gestionar el territorio ya que conviven con mas de 6000ha a las cuales no pueden acceder, no hacen uso de ellas para ponerlas en valor - para así fijar población en estas comarcas totalmente despobladas y sin servicios de calidad- y tampoco pueden custodiar el territorio con el fin de su sostenibilidad.

En ellos, en los pobladores actuales por medio de las Juntas vecinales, reside la legitimidad de decir No al campo de tiro. Pero se está convirtiendo en muy difícil sostener públicamente un discurso por el desmantelamiento total del Campo de Tiro del Teleno, y mas aún antimilitarista. Desgraciadamente el Ejercito y el Ministerio siguen en su negativa y no dan el brazo a torcer. La correlación de fuerzas entre las instituciones y los pueblos afectados todavía es muy desigual.

Y es que la coyuntura actual dominada por la guerra y crisis capitalista mundial no ayudan a sostener un discurso antimilitarista desde posiciones tibias por muy lejanos que parezcan. El aumento de la represión y control social, aumento del gasto militar, discurso pro-guerra en los medios de comunicación, normalización y blanqueamiento de algunos enfrentamientos armados, subida de salarios a los cuerpos policiales, y un militarismo cada vez mas normalizado en nuestras vidas, con actos de jura de bandera como el del pasado fin de semana en Astorga, desfiles militares como el de León de la Guardia Civil nos hacen ver en que situación nos encontramos, donde el militarismo de nuevo está alcanzando una importancia clave para sostener el orden actual de las cosas.

Lejos queda cuando la izquierda socialdemócrata del PSOE de hace décadas expresara el No a la guerra o el No a la OTAN. Hoy sin embargo son los máximos garantes junto a la derecha liberal y extremaderecha de la OTAN, del seguidismo a los EEUU y en el fomento de los conflictos geopolíticos entre potencias imperialistas como son EEUU, UE o Rusia...Mientras el pueblo trabajador sufre los estragos de una ofensiva cada vez mas virulenta; Inflación, precariedad laboral, subida de energía y combustibles, paro, encarecimiento de la vivienda, reducción del salario indirecto...etc Y es que no, la culpa no la tiene exclusivamente Putin.

Porque volviendo a lo nuestro; es muy trivial decir que el Cuartel de Astorga repercute positivamente en la propia ciudad y su economía. Podríamos discutir largo y tendido de si se puede esperar que haya progreso y mejora de nuestras condiciones de vida si vemos positivo que el mayor “centro de trabajo” sea un cuartel militar. Pero antes de esa discusión, está claro que hay que recordar y sobre todo marcar una premisa. El Campo de Tiro y consigo el propio cuartel -actividad económica totalmente improductiva por cierto- son infraestructuras necesarias para la guerra, para la violencia y para la dominación a otros pueblos. Las armas y los proyectiles no tienen otro fin que matar, no hay dobles tintas. No hay humanismo posible. Porque la violencia y consigo la guerra, surgen por la acumulación de capital, por el necesario control de los mercados y materias primas entre naciones y distintos poderes imperialistas. Y huelga decir que nuestros intereseslos del pueblo no tienen nada que ver con los del capital. De hecho somos nosotros los que morimos en sus guerras.  Este es el escenario al que nos enfrentamos: la guerra y el capitalismo. Es la guerra de todo tipo la “solución” de las crisis económicas que imponen y la consolidación del poder político, militar y económico. La guerra es inherente al capitalismo como se viene avisando desde hace siglos y la tenemos en la puerta de casa. De hecho podemos escuchar hasta sus disparos. 

Fuente: Jorge Aller García

Fotografía: Incendio en el Campo de Tiro del Teleno