Platos típicos de Michoacán
Michoacán es una de las regiones de México que bien podría ser sinónimo de deliciosas comidas. Sus platos típicos, nombrados Patrimonio Inmaterial por parte de la UNESCO, recogen y recorren la historia de la región y del país entero, resumiéndose en ingredientes únicos y en preparaciones sencillas e imprescindibles.
Es en la elección de sus ingredientes y en el respeto por los procesos culinarios ancestrales donde está el secreto de los platos típicos michoacanos. La variedad va desde las sopas tradicionales hasta los platos fritos para la entrada, y aunque hay decenas de variantes de cada una de las recetas, algunos se han convertido en símbolos culturales y gastronómicos de la región.
Carnitas michoacanas
La carne de cerdo forma parte de la dieta del país entero, y cada uno de los estados, ciudades y regiones de México ha personalizado la receta de carnitas dependiendo de sus cultivos, clima, ingredientes y hasta preferencias, dada la influencia histórica que también podrían tener.
El caso de la receta de carnitas caseras al estilo de Michoacán, su principal diferencia es que se prepara en ollas gigantes fabricadas enteramente en cobre, sin utilizar aceite, sino que se fríe en la misma grasa del cerdo, ya que gracias al material de las ollas, el aceite no se quemará y el resultado será una carne muy jugosa, bien frita y con un sabor envolvente.
Morisqueta
Si bien podría decirse que se trata de un plato de arroz bastante común, el origen de la receta, que además le da el nombre, es lo que cambia la forma en que se consume.
Se dice que nativos de la zona tomaron un puñado de arroz y lo envolvieron en hojas de plátano -que habían empleado para hornear carne- para enterrarlo en la tierra a cocinar, al estilo tajine, ya que la superficie estaba muy caliente y podría cocinarlo. El resultado, al cabo de unas horas, fue un arroz bastante esponjoso y con el sabor impregnado de la carne y las salsas.**
“Morisqueta”, palabra con la que se le dice en muchos lugares latinoamericanos a una acción innovadora y jocosa a la vez, es como se conoce al resultado de este plato, que hoy se prepara con arroz, carne, salsas y frijoles.
Corundas
En la región donde hoy se asienta el estado de Michoacán, hace mucho tiempo existía el Estado Tarasco o Imperio purépecha, uno de los tantos imperios precolombinos de esta zona de América.
Allí, en las ceremonias que se hacían en honor a los príncipes y reyes del imperio, se servía un tamal triangular envuelvo en hojas de maíz, conocidos como los panecillos del palacio y que iban acompañados de carne.
Actualmente, se conocen como corundas, y se acompañan de carne, pero también de crema, de salsas o de queso.
Sopa tarasca
La sopa tarasca -cuyo nombre hace también honor al Imperio purépecha- es posiblemente uno de los platos típicos más conocidos de Michoacán y de ciudades como Morelia o Pátzcuaro. Y es que fue en este último lugar donde se inventó, gracias a la creatividad de propietarios de un hostal emblemático de la zona.
La sopa tarasca lleva puré de tomate, chile pasilla seco y frijoles molidos, acompañándose casi siempre por queso o tortillas fritas. El nombre de esta sopa fue escogida porque querían un término tradicional y que llevara impregnada la historia de la región, por lo que originalmente se conoció como la sopa de los tarascos, para luego derivar en el término por el que se le conoce y se le ha reconocido a nivel global.
La comida michoacana tiene, como toda la comida mexicana, sus particularidades, su unicidad y un origen bastante reconocible que data desde la época precolombina. Sin embargo, es la variedad de alternativas para preparar recetas típicas, donde incluso en cada pueblo de Michoacán se encontrarán formas diferentes de acercarse al mismo plato, lo que le da connotaciones mágicas a cada receta.
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