Consecuencias silenciosas del confinamiento: adicciones, ansiedad y estrés

La situación del confinamiento presentada a partir del Estado de Alarma, ha sido tal vez una de las más traumáticas e improvisadas que muchas personas han tenido que pasar alguna vez en su vida. Ante una situación excepcional que se espera sea irrepetible en el corto plazo, la reacción psicológica de la gente ha sido diferente en muchos casos, y en los peores -desgraciadamente la gran mayoría-, dicha reacción estuvo marcada por situaciones de estrés, ansiedad, hipocondría y hasta de adicciones.

Mucho se ha hablado y se hablará de todas las consecuencias psicológicas y sociales que se han desprendido del confinamiento por razones sanitarias. La ansiedad, el insomnio, el estrés, los trastornos obsesivo compulsivos (TOC), la hipocondría, el psicosomatismo, son solo algunas de las cuestiones eminentemente psicológicas que se han desprendido de una situación tan difícil que las sociedades del mundo entero han tenido que vivir.

Dentro de esa consideración general, que abarca procesos psicológicos, y sobre todo entendiendo que la mayoría de las personas no reaccionará de la misma manera a los mismos eventos -teniendo algunos, como se diría, mayor fuerza de voluntad para sobreponerse-, es indudable la aparición de un fenómeno silencioso con el que se comienzan a ver todos los problemas o consecuencias más graves, como son las adicciones.

El primer paso con las adicciones es entenderlas

Al hablar de adicciones, seguramente las primeras que se vengan a la mente sean las que aparecen en sitios de información sobre drogas, porque son las drogas o sustancias psicotrópicas las que comúnmente se asocian con las adicciones, precisamente por tener un alto componente adictivo dentro de su composición.

Normalmente son adicciones al uso y son consideradas como tal, pero en el confinamiento y por las situaciones psicológicas vividas durante el mismo, también formaron parte de esta cuestión las llamadas adicciones sin drogas, entre las que se pueden encontrar las adicciones a los videojuegos, a las apuestas deportivas o a los casinos en línea, ahora que existen muchas plataformas que permiten que cualquier persona tenga a su alcance una infinidad de propuestas con una facilidad pasmosa.

Ahora bien, al hablar de adicciones también es necesario entenderlas. Las adicciones son respuestas físicas y psicológicas a la necesidad de escapar de situaciones de angustia, incertidumbre, estrés, miedo, desesperación o depresión; justamente los problemas que diariamente han tenido que afrontar la mayoría de las personas durante el confinamiento, sumándose a veces la soledad, como un factor aún más desencadenante de este tipo de conductas nocivas y adictivas para todas las personas.

El fenómeno de las adicciones

Analizar el fenómeno de las adicciones es siempre complejo, porque no sólo intervienen todos los conceptos asociados a la debilidad, a la fuerza de voluntad y a todas las presiones psicológicas que por su magnitud obligan a buscar salidas desesperadas, como vías de escape infructuosas a largo plazo.

En ocasiones, más allá de la necesidad o no, de escapar de situaciones con una elevada presión (de nuevo, como todas las que muchas personas vivieron durante el confinamiento provocado tras el decreto del Estado de Alarma), está también el hecho de experimentar, de disponerse a cosas nuevas, tratando también de poder encontrar la solución para una situación que además puede ser muy compleja. Una situación que la mayoría de las personas nunca habían vivido antes en toda su vida.

Es allí donde han ocurrido fenómenos como el de la politoxicomanía en España, estudiado por distintas asociaciones de apoyo a personas con adicciones a las drogas, precisamente por ser una de las variantes más complejas de analizar dentro de todas las adicciones a las drogas, ya que no existen muchos patrones conductuales similares a las de otro adicto a sustancias un determinado tipo, porque precisamente, las personas que padecen politoxicomanía están siempre abiertas a sumar nuevas sustancias a su lista de adicciones, dificultando tanto la atención y la prevención, como la capacidad de respuesta y diagnóstico en cuestión.

Aunque la politoxicomanía posiblemente haya existido desde siempre, o al menos desde que se llevan registros de las adicciones a las drogas, como lo que evidentemente son, es en estos últimos tiempos donde se ha puesto de manifiesto la situación y lo peligrosa que puede llegar a ser. Porque al igual que un adicto a una sola sustancia, las personas que son adictas a varias, dejan de sentir placer, relajación o algún tipo de bienestar por su consumo, y es precisamente eso, lo que les obliga a probar sustancias cada vez más fuertes, más peligrosas y más devastadoras a largo plazo. Desde luego, situaciones crecientes en estrés, ansiedad, incertidumbre, pánico, y la asociación de éstas con trastornos obsesivo-compulsivos, y el temor a enfermarse, han puesto de manifiesto la posibilidad de que personas con adicciones a una sustancia, o incluso sin ningún tipo de adicción, derivaran en la politoxicomanía.

La prevención y la necesidad de ayuda psicológica profesional

Aunque es un problema complejo que tiene mucho que ver tanto con el ámbito social, como con las políticas públicas, con la educación y orientación familiar, y con la psicología clínica y profesional, en España existen asociaciones específicas y delegaciones institucionales, como puede ser el caso del Plan Nacional de Drogas, que se encarga de desarrollar propuestas orientadas en su conjunto para las personas y los profesionales en el abordaje de este tipo de situaciones que, lastimosamente, pueden ser más proclives de acontecer en los próximos años, al tiempo que se encargan de articular esfuerzos entre instituciones, asociaciones y profesionales voluntarios para alertar, concienciar y prevenir sobre el hecho de que dichas conductas se produzcan.

Las adicciones siguen siendo un fenómeno complejo. No escapan, por ejemplo, de la estigmatización social -que no en todos los casos está debidamente justificada-, no escapan de las consideraciones subjetivas sobre sus orígenes y consecuencias, ni tampoco dejan de ser un problema silencioso y hasta invisible para quienes las padecen, indirecta o directamente. De modo que todos los recursos a disposición de las personas que más los necesiten, serán de mucha utilidad en los tiempos que están por venir.