Santa Colomba de Curueño se vuelca para celebrar con emoción los 100 años de Julián Manzano

Santa Colomba de Curueño se vuelca para celebrar con emoción los 100 años de Julián Manzano.

 Familia, vecinos y amigos le han acompañado en este día tan especial, en el que ha recibido sendos reconocimientos del Ayuntamiento y la Asociación Cultural Santa Ana.

Santa Colomba de Curueño se ha volcado este sábado con la celebración de los 100 años de uno de sus vecinos más queridos, Julián Manzano Robles. Familia, vecinos y amigos le han acompañado en este día tan especial, en el que ha recibido sendos reconocimientos del Ayuntamiento y la Asociación Cultural Santa Ana, y que ha culminado con una comida en su restaurante favorito, Las Colineras de La Mata de Curueño. 

Su centenario se ha festejado por todo lo alto, primero con la misa en la que Julián ha recibido un ramo de flores y una placa conmemorativa por parte del Ayuntamiento. A la salida del templo, los dulzaineros le han puesto banda sonora a su recorrido hasta el segundo momento más emotivo, el homenaje que le ha hecho la Asociación Cultural Santa Ana. 

Después, todos juntos han disfrutado de un vino español que ha ofrecido la familia, y a continuación se han trasladado a La Mata de Curueño para culminar la celebración con una buena comida en Las Colineras, donde Julián se ha tomado sus cafés diarios y sus 'manchaos' durante años. 

Julián Manzano Robles nació el 25 de mayo de 1924 en Barrillos de Curueño y fue al casarse con Petronila, el 30 de septiembre de 1951, cuando se trasladó a Santa Colomba, donde construyeron su hogar y tuvieron a sus tres hijos, que le han dado cuatro nietos. 

Y fue en esta localidad leonesa donde Julián tocó durante años todos los palos a nivel laboral. Es recordado por su carnicería, que le llevaba a recorrer todas las ferias de la Montaña Leonesa comprando ganado para después vender la carne de pueblo en pueblo, "subíamos desde Santa Colomba hasta Redipuertas los miércoles y viernes" explica uno de sus hijos. 

Pero, además, también tuvo un bar, una tienda, tenía ganado y se dedicaba al campo. Aun así, le quedaba tiempo para dedicarlo a su gran hobby, la pesca, y para disfrutar de una buena charla con amigos y vecinos, puesto que era y sigue siendo hablador como el que más, tanto como buena persona.  

Por ello es muy grande el cariño que su pueblo le tiene, un cariño que le ha querido demostrar este sábado con una celebración de cumpleaños por todo alto, para que sean muchos más los que puedan disfrutar a su lado. 

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: Julián Manzano