Seis pueblos bonitos para visitar esta Semana Santa 2024 en la Montaña Palentina
Seis pueblos bonitos para visitar esta Semana Santa 2024 en la Montaña Palentina.
Reúnen paisajes de ensueño, oportunidades de ocio, patrimonio histórico y cultural, con posibilidades para todos los públicos para disfrutar estos días.
Ya estamos en Semana Santa, una época perfecta para disfrutar de unos días de turismo, de conectar con la naturaleza mientras descubres algunos de los pueblos más bonitos de la Montaña Palentina.
Reúnen paisajes de ensueño, oportunidades de ocio, patrimonio histórico y cultural, con posibilidades para todos los públicos. Te contamos cuáles son para que no te pierdas uno de los mejores planes para estos días.
Alba de los Cardaños
Alba de los Cardaños se emplaza en un entorno incomparable dentro del Parque Natural Montaña Palentina y junto al embalse de Camporredondo, presa que retiene las aguas del río Carrión y que inundó su término antiguo y el conocido como 'barrio del río'.
También se sitúa en plena Ruta de los Pantanos, que ofrece espectaculares paisajes de montaña. Para contemplarlos destaca su mirador de Alba de los Cardaños, que ofrece unas vistas magníficas no solo del pantano sino también del emblemático Pico Espigüete. Además, bajo el mencionado mirador se encuentra un antiguo chozo de pastor, recuperado recientemente a través de un proyecto en el que se han implicado sus vecinos.
En cuanto a su patrimonio, cuenta con dos iglesias, una de origen románico dedicada a San Justo y Pastores y otra gótica del siglo XV consagrada a San Juan Bautista. Por otro lado, también tiene una ermita de reciente construcción.
Brañosera
Braoñosera es uno de los pueblos más pintorescos de la Montaña Palentina, caracterizado por las fechadas sus casas, de una piedra de tono rojizo que se extrae en varias canteras cercanas y toma el nombre de la localidad. Se encuentra en la cabecera del río Rubagón, en la vertiente sur de la sierra de Híjar y dentro del Parque Natural Montaña Palentina.
Su Consistorio ostenta uno de los títulos más importantes, puesto que desde 2018 está reconocido como el primer Ayuntamiento de España, certificado a través de su carta puebla, un documento del año 824 que fue también el primero concedido en el país.
La ganadería ha sido a lo largo de su historia una de sus principales fuentes económicas, y aunque no se ha perdido, muchos vecinos han apostado también por el turismo rural. Brañosera está salpicada de mesones que ofrecen una rica gastronomía y de casas rurales donde se puede disfrutar de unos días de descanso.
Areños
La localidad de Areños, también dentro del Parque Natural Montaña Palentina, es peculiar, pues sus casas se presentan desperdigadas por una ladera que asciende hacia su Iglesia. Entre ellas, destaca su antiguo potro de herrar, restaurado hace pocos años.
Este pueblo del municipio de La Pernía contó en el pasado con un barrio denominado Río las Casas que, junto al resto del casco urbano, fue incendiado y derruido por los ejércitos franceses durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) sin que fuese reconstruido, ya que algunas de sus edificaciones sirvieron para reconstruir el resto de las viviendas al finalizar la contienda napoleónica.
Más allá de la multitud de oportunidades para disfrutar de su entorno natural, podemos contemplar la Iglesia de San Miguel, de origen románico y levantada en el siglo XII o principios del XIII. Además, también cuenta con algunos vestigios de su patrimonio industrial, antiguas escombreras y bocaminas de la Vasco Cántabra, activa hasta 1994.
Castrejon de la Peña
A los pies de la Sierra de la Peña, en el Parque Natural Montaña Palentina, se ubica Castrejón de la Peña, una localidad por la que transcurría la vía III romana, que partía de Clunia y Castrojeriz para finalizar en Potes, y posiblemente utilizada en parte por los peregrinos del Viejo Camino.
Su monumento más destacado es la Iglesia de Santa Águeda, un bello templo de transición del gótico al renacimiento que se enfrenta a la Peña Redonda, en una coqueta plaza con marcas de cantero que atestiguan el paso del Camino Olvidado. Además, también destaca su Museo de las Abejas, que busca dar a conocer de manera didáctica el mundo de la apicultura.
Por otro lado, es reseñable su patrimonio industrial minero, recuerdo de una época de esplendor y desarrollo económico en el que llegó a contar con dos pozos de extracción. Hoy aún se puede ver el lavadero de carbón que se encuentra junto a la estación de la línea férrea de La Robla en Castrejón.
San Cebrián de Mudá
San Cebrián de Mudá no solo es un pueblo ideal por sus paisajes, ya que se emplaza en el Parque Natural Montaña Palentina, sino también por su patrimonio, pues se incluye dentro de la excepcional ruta del Románico Norte.
Es una localidad de profunda tradición minera, una industria que fue el principal medio de vida en la zona y llegó a situarla en la conocida ruta del Carbón de Cok. Por ello, tras el fin de la minería, sus vecinos han querido mantenerla en el recuerdo con el Paseo de las Minas, un pequeño recorrido de alrededor de unos 5 kilómetros que nos conduce, a través de mágicos paisajes, hasta algunas de las viejas explotaciones.
Entre sus recursos, sobresale la magnífica reserva del bisonte europeo Bison Bonasus, en la que se pueden ver animales que poblaron estas tierras en épocas pasadas, como los bisontes europeos Lowland o caballos de Przewalski; así como el Mirador de las Estrellas, un pequeño observatorio astronómico que hará las delicias de pequeños y mayores.
Vidrieros
Vidrieros se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Montaña Palentina y a los pies del majestuoso Curavacas, con sus 2.520 m de altitud, que en época invernal regala desde el pueblo una maravillosa estampa. Es sin duda un lugar idóneo para conectar con la naturaleza y disfrutar de la Ruta de los Pantanos.
De entre sus recursos destacan no solo sus diferentes rutas, sino también elementos de su patrimonio como una cruz de origen celta, que está salvaguardada en la ermita del pueblo.
Es reseñable también su historia, que se remonta al siglo I a.C. cuando fue escenario de las campañas militares que el emperador romano Augusto llevó a cabo contra los cántabros. Ya en el siglo XII, el pueblo se asentaba junto a la Iglesia de San Martín de Tours, que en torno al siglo XVIII quedó en desuso por la construcción de una nueva carretera.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: - Palencia Turismo