Un fotógrafo leonés capta la naturaleza más salvaje del lobo en Picos de Europa
El fotógrafo Íñigo Valdeón capta la naturaleza salvaje del lobo en Picos de Europa.
Las imágenes, tomadas en el Valle de Valdeón hace un par de días, muestran al cánido alimentándose de una venada.
El fotógrafo Íñigo Miguel Sadia, conocido como Íñigo Valdeón, es el artífice de unas impresionantes imágenes del lobo en la vertiente leonesa de los Picos de Europa. Fueron tomadas hace un par de días en el Valle de Valdeón mientras el cánido se alimentaba de los restos de una venada y peleaba por arrancar un trozo que poder llevarse a un lugar más resguardado.
"Estoy intentando localizar a los lobos y estuve muchos días dando vueltas por ahí, ya la semana pasada vi otro, pero a este no lo encontré dos veces, por la mañana, al salir a dar un paseo, y al volver por la tarde", explica el Íñigo. Porque su avistamiento por la mañana le dio la pista que le llevó a obtener este retrato de la naturaleza más salvaje del lobo, lo que demuestra el laborioso trabajo del fotógrafo.
De paseo por la mañana le llamó mucho la atención "una buitre posada en una piedra y más por el aire. Me acerque, estaba bastante alto, y de repente vi al lobo, que se metió en un escobal. Me imaginé que había matado, comido y atraído a los buitres", detalla el fotógrafo valdeonés.
Por la tarde decidió regresar al punto donde había visto al lobo para hacer una espera y poder captar si volvía, "pensé que era fácil que volviera si había resto y al volver a subir busqué al animal, era una venada, casi toda comida, era todo hueso quitando las patas. Localicé un sitio un poco resguardado y alto, y me metí dentro de la maleza, con el aire de cara para esperar", cuenta.
Desde arriba controlaba toda la escena oculto por unos espinos de gran tamaño, de forma que el lobo no pudiera detectarlo. La espera se hizo larga pero mereció la pena, después de casi tres horas, "estaba pensando que ya no venía y dije voy a aguantar un poco más, y ¡Pum! se presentó en el prado. Dio varias vueltas, porque no suelen entrar director, dan vueltas, lo piensan y se puso a arrancar cachos para llevárselos".
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Era el mismo lobo, "su peculiar mancha en la espalda con forma de V lo delataba". Y así se desarrolló la escena, que su mano experta con la cámara supo captar de tal manera que, observando las imágenes, uno se puede observador de un momento único y que forma parte de la vida "secreta" de los animales.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: Íñigo Miguel Sadia