Arqueología en la Montaña Leonesa: El caso del municipio de Puebla de Lillo

Arqueología en la Montaña Leonesa: El caso del municipio de Puebla de Lillo.

El despoblado de Tronisco (Cofiñal) o El Castilllo en Redipollos son dos de los ejemplos del turismo arqueológico de esta zona del Alto Porma.

Cuando uno lee la palabra arqueología, siempre piensa en Egipto, en grandes templos griegos o en Pompeya… Lo cierto es que la arqueología antigua suele ser la más estudiada, dejando en un segundo plano a la medieval y especialmente en España, que sigue siendo una asignatura pendiente. Si esto, lo extrapolamos a la Montaña Leonesa, la cosa no mejora en absoluto.

Son pocos los estudios en profundidad que se han llevado a cabo en este entorno, ya bien sea por lo complicado de la orografía, a pesar de los múltiples topónimos que nos dan pistas sobre posibles yacimientos, el miedo a la pérdida de suelo de cultivo o urbano, o simplemente el enorme desconocimiento imperante sobre el tema. Todo ello ha contribuido a que no existan grandes campañas de puesta en valor de este patrimonio.

Asi pues, vamos a romper una lanza y abrir una puerta al turismo arqueológico en la Montaña Leonesa. Nos vamos a ir a hasta el archivo histórico de la Casa Consistorial del municipio de Puebla de Lillo a fin de desempolvar la caja 205, carpeta 3, donde se conservan las cartas arqueológicas que, junto a los trabajos de J.M. Mínguez, El dominio del Monasterio de Sahagún en el siglo X. Paisajes agrarios, producción y expansión económica; así como con el trabajo de J.A. Gutiérrez González, Poblamiento antiguo y medieval en la Montaña Central Leonesa, nos servirán para realizar este primer acercamiento a nivel usuario al patrimonio arqueológico del municipio, que Alberto Diez Valbuena (Guía oficial de turismo y graduado en Historia del Arte) nos trae en esta nueva entrega de Montaña Cultural.

EL DESPOBLADO DE TRONISCO

El primer documento sobre el que vamos a trabajar es la ficha sobre el estudio realizado en el Valle de Tronisco (término de Cofiñal) en el que se pudo cotejar los restos de un posible asentamiento fósil. 

Los estudios, centran sus esfuerzos en dar luz a como se establecieron pequeños cenobios benedictinos en el entorno de los puertos de Fuente Pascasia (actualmente conocido como Funtasquesa), zonas de pradería conocidas como Val de las casas o el ya mencionado Tronisco. No obstante, Gutiérrez González, señala que también cabría la posibilidad de que en el puerto del Borugo, pudiera darse una casuística similar a la ya señalada en el valle de Tronisco. 

Lo cierto es que los estudios señalan que Tronisco, pudo ser un ejemplo de las diferentes campañas de repoblación bajomedievales promocionadas por los reyes asturianos y posteriormente leoneses, que se fueron consolidando a medida que se aseguró la cuenca del Duero. Este espacio fue donado al monasterio de San Facundo y San Primitivo de Sahagún a partir del siglo X, contribuyendo así a dar forma a la hipótesis de que los múltiples “barrelos” existentes en este valle, así como las terrazas ocultas entre la vegetación, pudieran ser los restos de un antiguo asentamiento ligado a una suerte de pequeños monasterios autosuficientes.

Asi mismo, en el estudio de Gutiérrez González, se señala, que en algún lugar sin identificar correctamente y dentro del término de Cofiñal, fue hallada una pequeña hacha que, dadas sus características, podría ser de la Edad del Bronce. Un pequeño artefacto de unos 17 cm de largo y 3 cm de ancho, sería una prueba fidedigna de la presencia de tribus vadinienses asentadas en la zona. 

REDIPOLLOS Y SU CASTILLO

Sin dejar atrás los artefactos, el pueblo de Redipollos, nos abre una nueva línea de investigación bastante interesante sobre los restos de útiles humanos encontrados en la comarca.

Gutiérrez González, en su trabajo, señala, que entorno a la década de los años 70 del siglo pasado, se encontró cerca del paraje de Castro Velloso, muy próximo al nacimiento del arroyo Murias, un hacha del Calcolítico. Este pequeño artefacto, de no más de 15 cm de largo, se asemeja a otras tipologías existentes en la provincia, y especialmente dentro de los límites del pueblo vadiniense.

Rio Ponjos abajo (nombre con el que era conocido en la antigüedad este espacio geográfico que derivaría en Redipollos), donde se abre al valle y el rio Porma da forma al paisaje, se eleva un pequeño promontorio conocido como El Castillo, dentro del término de Redipollos, que dada su ubicación en el centro del valle sirve como punto de control estratégico. 

Estamos hablando de un espacio físico de pequeño tamaño, que atesora un interesante número de restos estratigráficos pertenecientes a varias campañas de construcción y ocupación de este emplazamiento. Siendo los más importantes, las correspondientes al periodo bajo medieval, asi como las evidencias de uso de este espacio como trinchera durante la Guerra Civil Española de 1936-1939.

Como si de una pequeña ciudadela enriscada en la parte alta de la villa se tratase, se construyó sobre la piedra caliza una fortaleza compuesta de una pequeña muralla de unos 50 m de adarve, que cercaba a dos pequeñas construcciones interiores; una circular de 4 m de diámetro y otra de 49 m2.

El Castillo, conservaría bajo sus muros colapsados hasta 23 pequeños fragmentos de cerámicas, cuchillos, puntas de flecha e incluso vasijas enteras. Prueba inequívoca de que el Castillo de Redipollos estuvo morado por largo tiempo. 
 

Y con estos ejemplos terminamos esta primera parte de la consulta de los yacimientos arqueológicos catalogados del municipio. 

En próximas entregas viajaremos hacia Isoba, Camposolillo, Castiltejón y Puebla de Lillo para seguir dando a conocer esta singular faceta del turismo rural.
 

Fuente: Diario de Valderrueda - Alberto Diez Valbuena

Fotografía: Alberto Diez Valbuena