Trashumancia hasta Acebedo: la salvación de un pastor extremeño frente a la sequía

Trashumancia hasta Acebedo: la salvación de un pastor extremeño frente a la sequía.  

Así está siendo su viaje de 600 kilómetros por la Cañada Real Occidental Leonesa con sus 1.700 ovejas en busca de los pastos del Valle de Valdeburón.  

José Manuel Sánchez es un pastor de 43 años de Trujillo, en Extremadura, que siempre tuvo la ilusión de subir al norte en verano con su rebaño, cumpliendo con la tradicional trashumancia como hicieron sus antepasados. Lo que no sabía es que iba a ser la sequía la que lo impulsase a llevar a sus 1.700 ovejas desde su pueblo, en Cáceres, hasta Acebedo, en la Montaña Oriental Leonesa.

El pasado 14 de mayo, finalmente, se embarcó en la casi extinta trashumancia por los restos de la antigua Cañada Real Occidental Leonesa. Viaja junto a su padre, un pastor que trabaja con él, dos pastores de Cuenca, dos tíos suyos y su tía como apoyo logístico y como cocinera. 600 kilómetros de recorrido con el que cumple una ilusión y salva su rebaño de la escasez de pastos por la sequía.

Este sábado ya se encuentran en Valverde de Campos, en la provincia de Valladolid, y tienen previsto llegar a León el 19 o 20 de junio para asentarse en Acebedo unos días después hasta últimos de septiembre. Aunque todo depende de las lluvias, ese agua que vienen buscando y que, a su vez, los retrasa, "las mismas ovejas se paran porque les da el agua en la cara y no andan, hay que estarse quieto hasta que pase la marea. Antes el problema era el calor, y ahora el agua", explica el pastor extremeño.
 

Recorren unos 20 kilómetros diarios, dependiendo de los incidentes que puedan surgir, asistidos por 14 perros y con 'apoyo logístico', del que se encarga su tía, que se ocupa de que no les falte comida. Su jornada arranca a las 6 de la mañana y tras recoger las tiendas de campaña, comienzan a caminar en torno a las 7 y media. A mediodía, sobre la una, escogen una zona adecuada y hacen parada para comer y 'sestear'. Después, desde las cuatro de la tarde, reanudan la caminata hasta el anochecer.

"Antes de acampar vamos viendo, si hay mucho sembrado no podemos, así que buscamos una zona donde poder dormir aunque veamos que no llegamos a los 20 kilómetros. Porque las ovejas podrían morir si se empachan, si comen mucho trigo", detalla José Manuel.

Para esta particular trashumancia, el extremeño cuenta con la ayuda de su amigo Francisco Morgado, que hizo el mismo camino hace dos años y conoce el recorrido de las Cañadas Reales. "Nos está ayudando mucho, aunque no esté aquí me llama y me dice tira por aquí o por allá. También ha venido 4 o 5 días a ayudarnos, toda la ayuda es buena", recalca el pastor. 

Sin él, encontrar la antigua Cañada Real Occidental Leonesa no hubiera sido tan fácil, "ya no están las Cañadas Reales, la gente lo quiere todo y eso tampoco es así. En un pueblo salieron dos o tres personas con amenazas de muerte y todo, porque estábamos pasando con las ovejas y no pasaba más que un coche, pero estábamos dentro de la vía pecuaria. Claro, ellos ganan si no pasa nadie", relata. Después, enlazarán con la Cañada Real Oriental para llegar a Valdeburón.

José Manuel Sánchez, ante la necesidad, pujó en la subasta de la Junta Vecinal para contar con pastos este verano en Acebedo, "la sequía me ha echado para adelante, están muy mal las cosas en Extremadura, por mucho que haya llovido ahora, el agua ha venido muy tarde", afirma. 

Y, aunque podría haber optado por trasladar sus ovejas con camiones, quiso formar parte de la tradicional trashumancia siguiendo los pasos de su padre y su abuelo: "Subir en camiones sale más costoso, aunque esto también conlleva sus gastos de comida y el sueldo de los pastores, pero me ha ayudado mucho la familia y me sale más económico. Estoy muy agradecido". 

De no haber emprendido el camino, reconoce, habría perdido todos sus ahorros, "si me quedase tendría que gastarme muchísimo dinero, los ahorros se hubiesen ido a base de comprar y los cereales han subido muchísimo, luego el de los cereales dice que él no gana, pues no sé quién pero alguno tiene que ganar".

Quién le iba a decir que, después de conocer la Montaña Leonesa durante sus vacaciones el año pasado, para investigar y plantearse subir con el ganado, iba a tener que enfrentarse a ello este mismo año. "Es muy bonito aunque es duro, lloviendo un día y otro, agua a la hora de la comida y de la cena, tenemos que andar con paraguas. Es una experiencia bonita, para repetir", recalca.

Pero reivindica que se necesita "gente joven, yo soy el más joven con 43 años y los que se han ofrecido a venir son gente más mayor, de 57 para arriba". Él considera el oficio de pastor y ganadero "otro trabajo igual que cualquiera, normal y corriente, a la gente no le gusta, pero es bonito aunque sea sufrido y no haya horario". Aunque en su caso, la pasión por él viene de familia y parece que ya tendrá heredera, su hija, que ya va delante con las ovejas.

Entre sus acompañantes está su padre, que recorrió el mismo camino como pastor trashumante y que ahora lo vuelve hacer después de más de dos décadas. "Mi padre siempre fue para el norte con las ovejas, y mi abuelo y mi tatarabuelo... Tiene 71, lo está llevando mejor de lo que yo pensaba al principio, salió con su rodilla hinchada y cojeando, y va ahora mejor que antes y mejor que algunos jóvenes con la ilusión de hacerlo con mi rebaño", cuenta emocionado. 

Y en Acebedo, esperan expectantes y con muchas ganas de volver a sentir los aires de tradición y cultura que arrastra la trashumancia en el Valle de Valdeburón. Están en contacto con José Manuel para ver cómo va su camino y seguro que le recibirán con honores.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: José Manuel Sánchez