Viaje a Burgos: 7 lugares únicos para visitar
Son muchas y variadas las razones que hacen que merezca la pena visitar Burgos. Pasear por las ancestrales calles de su casco antiguo, relajarse en sus bucólicas zonas verdes, descubrir sus escondidos rincones, alojarse en alguna de sus acogedoras casas rurales, gozar de su suculenta gastronomía y, cómo no, admirar su inigualable patrimonio artístico, histórico, arquitectónico y cultural son algunos de los motivos que convierten la visita a Burgos en una experiencia única. Es por ello que te mostramos a continuación 7 lugares únicos e imprescindibles para visitar en Burgos.
Catedral de Burgos
Considerada uno de los máximos exponentes del arte gótico en Europa, la Catedral de Burgos ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Se comenzó a construir a comienzos del siglo XIII, concretamente en 1221, aunque a lo largo de los siglos posteriores fue sufriendo modificaciones. En su interior alberga obras extraordinarias, como el retablo de Gil de Siloé, la sillería del coro, el Santísimo Cristo de Burgos o el cimborrio de Juan de colonia, entre otras.
Monasterio de las Huelgas Reales
El monasterio de las Huelgas Reales fue construido entre los siglos XII y XIII por mandato de Alfonso VIII. Su estilo es románico, aunque con fuertes influencias mudéjares. Durante mucho tiempo fue panteón real y lugar de recogimiento espiritual para las damas de la nobleza castellana. El monasterio, declarado Monumento Histórico-Artístico, consta de tres partes diferenciadas: iglesia, monasterio y zona de clausura. En su interior alberga el Museo de Ricas Telas, donde se exponen vestidos y trajes de la época medieval.
Arco de Santa María
Ubicado en la plaza del Rey San Fernando, este arco renacentista constituye uno de los monumentos más emblemáticos de Burgos. Construido entre los siglos XIV y XV, fue una de las doce puertas que durante la Edad Media daban acceso a la ciudad. En su fachada se pueden observar las figuras de personajes históricos de gran notoriedad, como el Cid o el emperador Carlos V. En su interior se halla la Sala de la Poridad, de forma octogonal, que alberga como reliquia un hueso del Cid Campeador.
Paseo del Espolón
Este bello paseo peatonal, arbolado y ajardinado, es el más céntrico y popular de Burgos. Fue creado a finales del siglo XVIII, a orillas del río Arlanzón, y une el Arco de Santa María con el Teatro Municipal. A lo largo de su recorrido se alzan el Palacio de la Marquesa de Vilueña, el edificio del Consulado del Mar y el Torreón Círculo de la Unión, entre otras maravillas arquitectónicas. En este paseo es frecuente celebrar conciertos y teatro de calle.
Iglesia de San Nicolás de Bari
Situada en la magnífica Plaza de Santa María, esta iglesia del siglo XV forma parte del Camino de Santiago en su paso por la ciudad de Burgos. Posee uno de los mayores y más impresionantes retablos de estilo gótico, elaborado en piedra caliza y adornado con preciosas esculturas de elementos renacentistas. En su interior destacan la bellísima pintura sobre el Juicio Final, posiblemente del pintor burgalés Alonso de Sedano, y el espléndido Arco de los Querubines ubicado entre los dos primeros pilares de la nave central.
Casto antiguo
Pasear por su casco antiguo es otra de las actividades imprescindibles a realizar en la ciudad de Burgos. Se trata de una zona amurallada repleta de edificios y monumentos históricos, hasta el punto de haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus calles confluyen en la majestuosa Plaza Mayor, rodeada de edificios porticados de estilo medieval, con fachadas de vivos colores. Otros destacados enclaves del casco histórico burgalés son la Plaza de la Libertad y la Plaza de San Juan.
Museo de la Evolución Humana (MEH)
Este museo de cuatro plantas es el más espectacular de Burgos. En él se encuentran expuestas algunas de las reliquias originales halladas en los cercanos yacimientos de la Sierra de Atapuerca, con fósiles de más de un millón de años de antigüedad. Entre sus tesoros destaca el cráneo prehistórico más completo del mundo, el llamado cráneo Miguelón (llamado así en honor del ciclista Miguel Induráin), datado en más de 500.000 años.
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