FUTURO DE LA MINERÍA: Las térmicas compran por primera vez menos carbón autóctono que importado

Una situación inédita que vuelve más oscuro aún el futuro de la minería en León.

El carbón ha sido el gran protagonista de la generación eléctrica este año, especialmente los meses de verano. Los argumentos de competitividad en el mercado y de capacidad de respaldo para garantizar el suministro se han explicado por sí solos cuando el viento ha dejado de soplar y el agua de ser un bien abundante. Frente a otras tecnologías, como los ciclos combinados, las térmicas de carbón han respaldado con solvencia y precio competitivo al sistema eléctrico.

Un festín del que las cuencas mineras leonesas han sido excluidas. Con las térmicas locales funcionando en plenitud buena parte del año, la compra de carbón local se ha desplomado. En algunas de ellas, como la de La Robla, prácticamente ha desaparecido. Y lo ha hecho en este caso a favor del mineral de importación. Y de la reducción del stock existente en su parque.

Las minas de León agonizan y las plantillas se ahogan en expedientes de empleo continuados mientras las empresas tratan de salvar sus cuentas. Especialmente el principal abastecedor de la térmica de La Robla, la Hullera Vasco Leonesa, en concurso de acreedores. En un año en el que el propietario de la central, Gas Natural Fenosa, sólo le ha comprado un mínimo exigido por el Gobierno.

En los nueve primeros meses de este año La Robla ha consumido 267.423 toneladas de carbón nacional (aunque ha comprado sólo dos meses y menos de 60.000 toneladas), frente a las 417.548 de todo el ejercicio de 2014 y muy lejos de las 715.268 del ejercicio de 2012. En cambio su consumo de carbón internacional, que se situaba en los últimos tiempos en una media de 250.000 toneladas anuales, suma en los nueve primeros meses de este año ya casi 493.000 toneladas.

En la térmica de Compostilla II, propiedad de Endesa, a falta de un trimestre para concluir el ejercicio la compra de carbón nacional se ha desplomado desde los de 1,6 millones de toneladas del año pasado a las menos de 497.000 de 2015. En 2012 quemó 2,21 millones de toneladas de mineral autóctono. En cambio su consumo de carbón de importación, que en años anteriores no llegaba a las 60.000 toneladas, se disparó en 2014 hasta las más de 268.000 toneladas. En los nueve primeros meses de este año suma ya casi 219.000 toneladas.

Por último la central de Anllares, que tiene propiedad compartida de Endesa y Gas Natural, ha reducido el consumo de carbón nacional a 258.000 toneladas entre enero y septiembre, frente a las más de 418.000 del año pasado y lejos de las casi 600.000 de 2012. También ha rebajado, a falta de cerrar el ejercicio, la quema de carbón internacional, hasta las 86.000 toneladas, frente a las casi 140.000 del año pasado.

En los nueve primeros meses del año las tres centrales térmicas de la provincia registraron la entrada de 760.242 toneladas de carbón nacional, mientras que se quemaron un millón de toneladas. Las existencias de las centrales de Compostilla, La Robla y Anllares se redujeron en 557.433 toneladas de mineral autóctono, aunque aún acumulan 1,3 millones de toneladas de stock.

Por lo que se refiere al carbón de importación, estas tres centrales térmicas sumaron la compra de 864.662 toneladas de mineral, de las que quemaron 777.428 toneladas. Sus reservas de carbón internacional se incrementaron en 82.105 toneladas, hasta las casi 256.000 toneladas almacenadas entre las tres centrales.

Eso en conjunto. Sin embargo, el comportamiento de las tres centrales es muy diferente. Mientras que en Compostilla y Anllares las compras de carbón nacional se mantuvieron en niveles más elevados, en la térmica de La Robla, propiedad de Gas Natural, las compras a su suministradora, la Hullera Vasco Leonesa, han sido prácticamente nulas. Únicamente realizó compras de carbón nacional en abril y mayo, y en total no alcanzaron las 60.000 toneladas. En cambio adquirió carbón internacional por casi 563.000 toneladas, de las que quemó 492.598 toneladas, e incrementó sus existencias en casi 70.000 toneladas. El carbón nacional que quemó le permitió reducir el stock de mineral almacenado en su parque en más de 211.000 toneladas.

En la central de Compostilla II, en cambio, Endesa ha adquirido en los nueve primeros meses del año 700.249 toneladas de antracita, de las que quemó 496.547 toneladas; con lo que incrementó sus existencias de este mineral en casi 168.000 toneladas.

Por lo que se refiere a las compras de coque (que permitieron rebajar el precio de generación para acceder a las subastas), ascendieron a 412.428 toneladas, mientras que quemó más de 476.000 toneladas en los nueve primeros meses del ejercicio, con lo que redujo sus existencias en más de 56.000 toneladas.

En cuanto al carbón de origen internacional, Endesa compró para Compostilla 218.800 toneladas, de las que quemó 198.734. Sus existencias de este mineral crecieron en casi 16.000 toneladas desde principios de año.

Por último la central térmica de Anllares, la única de la provincia que no se ha sumado al Plan Transitorio y no se adaptará a las exigencias medioambientales europeas, por lo que tendrá que cerrar, no registró ninguna compra en nueve meses de carbón leonés, pero quemó 258.091 toneladas de sus existencias. En cambio sí adquirió algo más de 83.000 toneladas de mineral importaado, y quemó algo más de 86.000, reduciendo en unas 3.000 toneladas sus existencias.

Fuente: Maria J Muñiz , Jorge González Tomé

Fotografía: Ramiro