La desconocida fábrica de ovoides y briquetas de Puente Almuhey
La desconocida fábrica de ovoides y briquetas de Puente Almuhey.
Se construyó a principios del siglo XX para suministrar a las máquinas de vapor del ferrocarril de La Robla, y quedó en desuso cuando la electricidad sustituyó al carbón.
Pese a que el tiempo la ha dejado en el olvido, todavía hoy sigue en Puente Almuhey la fábrica de ovoides y briquetas que se puso en marcha a finales de los años 20 del siglo XX para suministrar a las máquinas de vapor del ferrocarril de La Robla, con el que las minas de León alimentaban a los Altos Hornos de Bilbao.
Se encuentra, por ello, junto a la estación del actual tren de Feve, por lo que a veces pasa desapercibido. Sin embargo, forma parte del patrimonio industrial de la localidad de la Montaña Oriental Leonesa.
Su construcción fue impulsada por la Sociedad Hullera del Cea y posteriormente perteneció a la compañía Feliu y San Pedro, sociedad carbonera creada en León entre 1914 y 1919. En ella se elaboraban ovoides y briquetas, es decir, aglomerados de polvo de carbón, que se extraía de las balsas de lavado y se empleaban en las calderas de las máquinas de vapor.
El proceso de la aglomeración del carbón junto con desperdicios de otro combustibles se patentó para este fin en 1866. Consistía en calentar el polvo de carbón, añadiendo como aglutinante brea y alquitrán. Esta mezcla se inyectaba en cajas y moldes y se sometía a presión. De esta forma se obtenían briquetas, también conocidas en aquel momento como 'Panes', y los ovoides, elaborados con forma de huevo y utilizados principalmente para uso doméstico, en talleres, salas de espera de las estaciones o casetas de los guardabarreras.
La fábrica de de Puente Almuhey tenía una capacidad de 20 toneladas métricas en diez horas y obtenía las briquetas con una mezcla de 30 por 100 de hulla, con 20 por 100 de materias volátiles y 70 por 100 de carbón de 8 por 100, lo que requería un 10 por 100 de brea.
Sin embargo, su vida fue relativamente corta puesto que poco más de tres décadas después las locomotoras sustituyeron estos combustibles por la electricidad, y de esta forma, a partir de 1966, esta edificación cayó en desuso.
Fuente: Diario de Valderrueda y Asociación Cultural Forja de Puente Almuhey
Fotografía: Araceli Reyero
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