Ahorra y disfruta de tu hogar con un buen aislamiento térmico

La importancia del aislamiento térmico no sólo se centra en el confort de las viviendas en esta época del año, sino también en su contribución en la eficiencia energética. Este último aspecto es muy importante, puesto que supone, al cabo del tiempo, un importante ahorro en las facturas de consumos de gas o electricidad.

En España, existen zonas con un clima muy suave, pero en el interior y en las zonas montañosas el frío puede llegar a ser polar. En esos casos, un buen aislamiento térmico es una garantía de confort, al poder conservar las temperaturas cálidas en el interior de las viviendas. Precisamente, esa conservación del calor al evitar la entrada de bajas temperaturas, traerá consigo una mayor eficiencia: los dispositivos de calor no tienen tanto nivel de exigencia para mantener la temperatura y, al no hacerlo, provocan un gran ahorro.

Otras ventajas del aislamiento térmico

Aparte de las tres mencionadas, el aislamiento térmico también nos aporta otra serie de ventajas que conviene tener en cuenta. La mayoría de aislamientos térmicos proporcionan también un mayor aislamiento acústico, a la vez que protegen contra las humedades, gracias a que condensan las humedades y evitan su aparición.

También hay que pensar en que el ahorro que proporciona en las facturas de consumo hace que el retorno a la inversión realizada para aislar térmicamente nuestro hogar sea mucho más rápido. 

Las prestaciones de los actuales aislamientos térmicos son tan duraderos como nuestra propia vivienda, otra gran ventaja y sus efectos se notan desde el primer momento.

Existe un sinfín de opciones

Antes que nada, resulta muy conveniente consultar con un experto en aislamiento térmico a la hora de escoger el mejor material o el más adecuado para nuestra vivienda. Existen varios tipos de aislamiento. Básicamente, pueden utilizarse el poliestireno, el poliuretano, la lana de roca y la de vidrio.

El primero de ellos es el poliestireno extruido, un material que puede mojarse sin perder sus propiedades aislantes. Es por este motivo que este material suele utilizarse en cubiertas y tejados, aunque también puede utilizarse en los interiores de las casas.

Otro tipo de aislante es el poliestireno expandido. Se comercializa en forma de placas de corcho blanco y, aunque es muy versátil, no puede mojarse. Así, este aislante no puede utilizarse en exteriores, especialmente en cubiertas.

El poliestireno tiene un tercer formato, el de espuma. Se aplica una pasta que, al solidificarse, funciona como aislante. Su nivel de aislamiento es muy alto y también es muy adherente, lo cual facilita su uso en cualquier superficie, tanto horizontal como vertical. Asimismo, es impermeable y no absorbe la humedad. Su precio es muy asequible, lo cual hace que sea el más utilizado tanto de manera individual, como de refuerzo con otros aislamientos.

Uno de los más utilizados

Finalmente, otro de los aislantes más utilizados es el de lana de roca o vidrio, uno de los materiales más utilizados en construcción como aislante térmico. Al poder impermeabilizarlo, puede utilizarse tanto en interior como en exterior y, además, proporciona un gran aislamiento acústico.

Además de todo lo expuesto, este material es ingnífugo, a diferencia de todos los anteriores, lo cual puede ser una propiedad interesante por la seguridad de los hogares ante un incendio.

A la hora de aislar térmicamente un hogar, es importante no olvidar puertas y ventanas

Uno de los errores que se pueden cometer a la hora de aislar térmicamente una casa, sobre todo en lugares en los que se alcanzan fríos polares en invierno, es el de olvidar el papel que juegan puertas y ventanas en el aislamiento térmico.

Es muy importante que tanto los marcos como las hojas de puertas y ventanas queden bien sellados para evitar la entrada del frío a través de ellos.

Cómo aislar una casa

Es especialmente importante prestar atención a las ventanas, puesto que es en ellas en donde podemos encontrar una mayor cantidad de pequeños huecos y grietas que es importante sellar, puesto que pueden llegar a suponer una pérdida del 20% de calor. Instalar cortinas también es una muy buena idea, pues es muy complicado evitar el frío que trasladan los cristales de las ventanas y estos elementos permiten aislar el vidrio del ambiente.

Utilizando suelos de madera, que suelen llevar una capa aislante en su base también es una buena idea, puesto que, además de aportar una gran sensación de calidad, también son excelentes aislantes del frío del suelo. También las alfombras ayudarán a aislarnos del frío.

Como puede verse, podemos aportar una serie de elementos decorativos para aislar nuestra casa del frío, pero dejemos, en manos de profesionales, el aislamiento de paredes y techos. En general, las casas modernas ya se construyen utilizando aislantes en muros y cubiertas. Estos materiales son muy longevos, lo cual garantiza una durabilidad igual al del mismo edificio construido.