El consejo económico europeo reclama alargar la reconversión de la minería en las comarcas

«La situación en las cuencas mineras no es nada fácil para los antiguos mineros». Y tanto las autoridades regionales como los gobiernos y las instituciones europeas «deben comprometerse conjuntamente» en la transición energética, lo que implica un proceso ordenado y progresivo de «reducción o supresión de la minería del carbón».

Sin embargo, «el porvenir de las regiones que actualmente dependen de la utilización del carbón y sus condiciones de vida futuras son cuestiones que deben tenerse en cuenta en una planificación a largo plazo que abarque dos generaciones, es decir, un período de 25 a 50 años. El uso del carbón para fines energéticos debe suprimirse de forma gradual en estas regiones, pero sin dar lugar a una situación de estancamiento. Habida cuenta de su potencial económico y social, estas regiones deben participar en la aplicación de la política energética y climática de la UE. El objetivo del desarrollo sostenible de estas regiones debe alcanzarse garantizando diálogos políticos, cívicos y sociales que permitan asegurar la existencia de planes de transición a nivel nacional, sectorial y empresarial».

Son algunas de las conclusiones del dictamen del Comité Económico y Social Europeo (Cese) sobre ‘Los recursos autóctonos de carbón en la transición energética de la UE’, que ayer se presentó al Consejo Económico y Social de Castilla y León.

Un informe cuyas conclusiones destacan que los recursos carboníferos «siguen siendo importantes para generar electricidad y calor», y que además contribuyen a «un suministro energético seguro y asequible», mientras desempeñan «un papel estabilizador en el sistema energético». Argumentos que han sido largamente defendidos en el caso de la minería española, si bien las recomendaciones del CES europeo se alejan de la realidad del sector del carbón local en los últimos años. El organismo europeo defiende «la preparación para una supresión progresiva de la producción». Y añade que «el porvenir de las regiones que dependen del carbón y sus condiciones de vida futuras son cuestiones de requieren una planificación a largo plazo, que abarque dos generaciones».

El Cese recomienda establecer un plan de apoyo a la transición para las regiones que dependen de la producción del carbón, para permitir que se adapten; que debería elaborarse por un grupo en cooperación con la Comisión Europea y en el que estén representadas las cuencas mineras, los sindicatos, las ONG, las empresas de I+D y la industria del carbón.

El consejo señala que este plan debe basarse en tres pilares: los diálogos políticos y sociales, las inversiones económicas y medioambientales y las de educación, formación, inventigación, desarrollo, innovación y cultura. Además, insiste en que los gobiernos «deben comprometerse conjuntamente con la transición energética y la correspondiente reestructuración de las cuencas mineras». Y crear «un marco institucional y político adecuado, capz de impulsar las inversiones públicas y privadas».

La consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, señaló ayer en la presentación del dictamen que el período de transición de 25 ó 50 años permitiría realizar los cambios necesarios. Además, Del Olmo confía en que este informe «permita revertir la decisión de la Comisión Europea de eliminar las ayudas a la indusria en 2018»; y poder abordar un «régimen transitorio con diferentes medidas para adaptar la minería, lo que, a su juicio, sería perfectamente compatible con el Acuerdo de París de 2015 sobre el Cambio Climático».

La consejera recordó también que la Junta ha puesto en marcha un plan de dinamización de los municipios mineros.

Fuente: diariodeleon.es

Fotografía: archivos