Diario de Valderrueda
Un “vistazo” a la Catedral de León desde el Pico Espigüete
lunes, 29 de abril de 2024, 17:41
REPORTAJES - MONTAÑA

Un “vistazo” a la Catedral de León desde el Pico Espigüete

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Un “vistazo” a la Catedral de León desde el Pico Espigüete.

 Héctor Fuente nos cuenta la historia de una de las primeras ascensiones en 1886 al coloso de la Montaña Palentina, y como él ha podido disfrutar de la pulchra leonina desde su cima, con 74 kilómetros en línea recta.

 

Imagen tomada desde la cumbre del Espigüete, se señalan las dos torres de la catedral de León
Imagen tomada desde la cumbre del Espigüete, se señalan las dos torres de la catedral de León

 

El escritor leonés Antonio Valbuena (1844-1929), natural de la desaparecida localidad leonesa de Pedrosa del Rey, protagonizó en 1886 una de las primeras ascensiones al Pico Espigüete de las que se tiene constancia. El relato de su ascensión, acompañado de algunos datos y descripciones verdaderamente sorprendentes, quedó reflejado en el que sería su último libro publicado: “Caza mayor y menor”, editado en Madrid en 1913. 


Precisamente esta obra ha sido recientemente rescatada del olvido por el Instituto Leonés de Cultura (ILC) gracias una edición renovada (“Caza mayor y menor. Vivencias y recuerdos de la Montaña Leonesa”), en su afán por dar a conocer y reivindicar el legado de uno de los escritores más populares y leídos de su tiempo. La citada obra se incorpora a la biblioteca que el ILC dedica a este autor, de la que ya forman parte las publicaciones de “Rebojos. Cuentos de la Montaña Leonesa” y “Parábolas. Cuentos de las comarcas leonesas”. 


En “Caza mayor y menor”, Valbuena, con casi 70 años de edad, vuelve la vista atrás a sus años jóvenes, y narra experiencias y acontecimientos reales, vividos o presenciados por él mismo y acaecidos, en su mayor parte, en parajes y localidades de la Montaña Oriental Leonesa. Son relatos sobre el tema de la caza, a la que tan aficionado era el escritor, pero también sobre costumbres, deportes y festividades propias de la zona. Sin duda, es su libro más montañés y leonés, donde se deleita en sus recuerdos y donde reúne lo mejor de sus vivencias personales. 

 

Leon google earth
Imagen de Google Earth del entorno de la catedral de León con el ángulo aproximado desde el que se vería desde el Pico Espigüete. Más al fondo y a la izquierda de la catedral destaca un edificio de fachada blanca, reconocible también en la fotografía tomada desde el Espigüete


En la segunda parte del libro, titulada “Deportes rurales. Costumbres”, hay un capítulo denominado “Una ascensión a Espigüete”, en el que Valbuena describe su subida a esta montaña, con un primer intento fallido por una tormenta en 1884 y el ascenso definitivo dos años más tarde. El relato completo, cargado de anécdotas y referencias al entorno, bien merece su lectura. 


Deteniéndonos en la expedición de 1886, el autor dice que parte, junto con dos amigos, desde Pedrosa del Rey una mañana de agosto. Uno de ellos desiste en Valverde. Con el otro, cuyo nombre no cita, logra coronar la cumbre. Llevan un buen anteojo (prismáticos de la época) y un barómetro de bolsillo para tomar nota de las alturas. Suben a caballo hasta la collada de “Arras” y desde allí hacen la ascensión, con escasos víveres. Valbuena finaliza exaltando las vistas desde la cumbre:

 

Cumbre Espigüete


“El panorama que se descubre desde el pico de Espigüete es incomparable, magnífico […].
Hacia el mediodía se ve toda la llanura de Castilla, hasta las sierras de Segovia; hacia el occidente se divisan las torres de la catedral de León, no viéndose el resto del edificio ni la ciudad por estorbarlo las cuestas la Candamia; hacia el Norte, por el boquete de entre los dos grupos en que están divididos los Picos de Europa, para dar salida al río Cares, se ve un jirón del mar Cantábrico, entre Llanes y Ribadesella, y por todo alrededor, se ven como enterrados en un pozo los montes más altos de la comarca, porque sobre todos se levanta el gigantesco pico…”. 


La descripción de las vistas, y especialmente la referencia a la Catedral de León, parece, de primeras, una tremenda exageración. 

 

Vista 3


Valbuena, pasó a ser conocido por su carácter conflictivo y polémico, principalmente en el ámbito literario, pero también se vio envuelto en otras polémicas de ámbito geográfico, como la que sostenía con los Allende de Burón, sobre cuál de los dos ríos -los de sus respectivas localidades- merecía el nombre de Esla. El propio Valbuena cuestionaba, incluso, algunos aspectos del Espigüete que hoy están oficialmente reconocidos, como es su altitud (establecida en 2451 m), que él aproximaba a los 2500 m; o la demarcación del límite provincial entre León y Palencia por la cara oeste del pico, que actualmente deja en el lado palentino la pirámide final y la cumbre, mientras que según él, “esto no es más que un desatino de los mapas o de sus autores, pues está (el Espigüete) en la misma divisoria de ambas provincias formando mojón”. 


Por todo ello, y por su incansable búsqueda de la polémica, no es de extrañar que algunas de sus afirmaciones no hayan sido tomadas muy en serio, aunque también son numerosos los casos en que Valbuena lleva razón.


Personalmente, y volviendo a la anterior referencia que Valbuena hace de la catedral de León desde el Espigüete, lo que más me sorprendió en su momento, fue que el autor no se limita a decir que se divisa la catedral, sino que aporta el detalle de que “se divisan las torres de la catedral de León, no viéndose el resto del edificio por estorbarlo las cuestas de la Candamia”. 

 

Espigüete León


Esta apreciación me llevó a realizar algunos cálculos y comprobaciones sobre diferentes mapas y aplicaciones, teniendo en cuenta la altura de las torres de la catedral (65 m y 68 m). Con todo ello, llegué a la conclusión de que, efectivamente, no hay ningún obstáculo geográfico que, al menos en teoría, impida la visión directa entre la cumbre palentina y la Pulchra Leonina, separadas ambas por una distancia en línea recta de casi 74 km.


Intrigado por saber si realmente podría llegar a verse la catedral de León desde el Espigüete, me aventuré a comprobarlo sobre el terreno. Tras un primer intento frustrado por la escasa visibilidad hacia la meseta un día de abril de 2021, volví a intentarlo con más suerte el pasado 4 de febrero, aprovechando la escasez de nieve y las condiciones anticiclónicas (los días de anticiclón de invierno suelen ser más propicios en cuanto a visibilidad).


Ciertamente, intentar localizar e identificar la catedral de León a simple vista desde el Pico Espigüete, aun conociendo la dirección exacta a la que se debe mirar, resulta ser una tarea verdaderamente improductiva. Y, del mismo modo parece serlo, incluso a través de unos prismáticos. La gran distancia existente, no permite reconocer una edificación como la catedral, envuelta entre el conjunto de edificios de la capital leonesa (más sencillo resultaría al revés: identificar una montaña como el Espigüete desde lo alto de la catedral, o desde las afueras de León). Pero, eso sí, si la visibilidad es adecuada, situándonos en la cima del Espigüete y prolongando la mirada más allá del macizo de Peñacorada, no es tan difícil distinguir en la meseta leonesa, una gran aglomeración de construcciones que se expande de forma alargada, y que se corresponde con la zona occidental de la ciudad de León (la parte de la ciudad más próxima al río Torío queda oculta).  

 

Vista 1


Con la esperanza de poder distinguir la catedral entre aquellos edificios, hice varias fotos con la cámara al máximo nivel de zoom, para analizarlas posteriormente en el ordenador. Después de editar las imágenes para reducir el efecto de la tenue neblina que difuminaba la silueta de los edificios, fue cuando pude llegar a reconocer -con notable emoción y satisfacción- la puntiaguda forma de las torres de la catedral, que tal y como Valbuena había dejado escrito, sobresalían por encima de las cuestas de la Candamia. 


Quizás con un teleobjetivo más potente y en un día algo más nítido se puedan obtener mejores imágenes, pero no me cabe duda que ese día conseguí captar la catedral de León desde el Pico Espigüete. 

 

Cuando Antonio Valbuena subió al Espigüete en 1886, seguramente la Catedral de León resaltaría más sobre una ciudad que, entonces, apenas contaba con 15.000 habitantes, e incluso es posible que la calidad del aire y la visibilidad también fueran mejores. Aun así, sigue resultando increíble que el escritor pudiera apreciar desde la cumbre palentina, las torres de la Pulchra Leonina a través de aquellos anteojos decimonónicos que le acompañaron en la ascensión. 

 

Vista 2

 

Fuente: Diario de Valderrueda - Héctor Fuente

Fotografía: Héctor Fuente

 

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