Villacorta se prepara para la gran fiesta de homenaje a Eugenia Gómez, que cumple 100 años

Villacorta se prepara para la gran fiesta de homenaje a Eugenia Gómez, que cumple 100 años.

La localidad leonesa acogerá mañana una misa, festejo con pinchos, pendonada con música y una comida familiar. El Ayuntamiento le hará entrega de una placa y un ramo de flores.

Villacorta vivirá este sábado una jornada muy especial...

Eugenia Gómez García, una vecina de la localidad, cumple nada menos que 100 años y sus familiares, así como el pueblo y amigos se volcarán en un día donde ella será la gran protagonista.

Los actos comenzarán a las 12:00 en la iglesia de San Martín del pueblo con una misa donde a buen seguro se quedará pequeña la parroquia leonesa.

Posteriormente, los festejos de homenaje a Eugenia se trasladarán en procesión, junto con una representación de pendones de la comarca (Villacorta, Valderrueda, Taranilla, Carrizal y San Martín de Valdetuéjar, si el tiempo lo permite) y la música de la Mustadiecha, al bar 'El Rincón del Pájaro', donde se tiene previsto una invitación al pueblo y a todo el que quiera asistir. 

En el establecimiento habrá pinchos variados, y el momento más emotivo será cuando se den algunos de los regalos que recibirá la homenajeada, entre ellos, una placa conmemorativa y un ramo de flores del Ayuntamiento de Valderrueda, según ha confirmado el alcalde, Esteban González.

La jornada seguirá con una comida de hermandad de los familiares e hijos en 'El Duende de Carricuende' de Puente Almuhey, donde los momentos emotivos volverán a invadir un día histórico para todos ellos.

Un día pare reconocer la vitalidad y energía de la mujer más anciana del pueblo, y un día para llevar con orgullo el nombre de Villacorta.

Eugenia Gómez García nació en Villacorta en la fría madrugada del día 22 de diciembre de 1919.

En 1948 se casó con Emiliano Fernández, minero de profesión, del que enviudó hace ya un cuarto de siglo.

Fue la mayor de diez hermanos lo que hizo que ya desde muy niña tuviera que ocuparse de la crianza de sus hermanos a costa de acudir poco a la escuela, lo que no impidió cultivar conocimientos y ser una gran lectora, afición que aún perdura y practica a diario.

Tras haber “criado” a sus hermanos le tocó criar a sus seis hijos sin desatender las mil tareas del campo y la casa en un tiempo muy difícil.

Eugenia cortó la leña, podó los árboles, atizó la lumbre, limpió la casa, remendó la ropa, caminó por los montes, montó en burros, durmió en chozos, parió los hijos, calzó madreñas. Bailó la jota, tocó la pandereta, cantó mil cantares, contó mil historias, rezó oraciones, visitó enfermos, encañó heridas, vio pasar la guerra, y lloró por muchos mineros muertos. Rompió los hielos de arroyos para lavar la ropa, mesó la yerba, se partió los cadriles en huebras y hacenderas. Transportó carbón en carros, atropó bellotas en otoño, buscó setas, fabricó velas, fue al estraperlo, acarreó agua, mucha agua. Hizo milagros para que nunca faltara un plato en la mesa. Hiló la lana, tejió el hilo. Cuidó de hijos, marido, hermanos, parientes, vecinos.

Eugenia fue maestra en mil asuntos… y aún, a pesar de llevar un siglo en sus espaldas, sigue realizando muchas tareas y contando mil historias de la vida...

Fuente: Diario de Valderrueda - Eliseo Fernández

Fotografía: Eugenia Gómez García