El crucero por los mercadillos de Navidad de Europa, un viaje fluvial hacia la historia

Un crucero fluvial por los mercados navideños de Europa puede ser una de las mejores maneras de celebrar las entrañables fiestas. Es un viaje que combina el ocio y el placer de viajar con la aproximación directa a otras culturas y tradiciones europeas y el conocimiento del arte, la gastronomía y la artesanía de otros países del Viejo Continente. Es otra forma de recorrer Europa a bordo de un barco de ensueño.

El crucero por los mercadillos de Navidad de Europa es un viaje fluvial hacia la historia, la cultura y la tradición del Viejo Continente. Los cruceros fluviales son viajes de ilusión y han dejado de ser un sueño inalcanzable, gracias a comparadores como CrucerosFluviales, que sirven para establecer analogías y diferencias de las todas las opciones posibles. Así, podemos encontrar las mejores ofertas a los precios más asequibles. Sobre todo, si los contratamos en temporada baja, que es cuando son más baratos.

Ahora mismo se puede contratar para el próximo mes de diciembre un crucero fluvial desde quinientos ochenta y cinco euros por persona, en un camarote doble de un barco con todos los lujos, de categoría “cinco anclas”, el equivalente a las “cinco estrellas” de los mejores hoteles.

Este crucero parte de Budapest, en Hungría, y a lo largo de cuatro días se dirige surcando el mítico Danubio hacia Viena, en Austria, donde finaliza.

En dirección inversa, desde Viena a Budapest, pero con viaje de vuelta a Viena nuevamente, podemos encontrar otra opción: cinco días de crucero por setecientos treinta euros por persona, en un camarote doble.

Otros cruceros

También hay cruceros por mil cuatrocientos diez euros, hasta mil quinientos setenta y cinco, con alojamiento en el puente principal, puente intermedio o cabina, respectivamente. Este último crucero parte de Viena, en Austria, y en seis días recorre Budapest, en Hungría y Bratislava, en Eslovaquia, desde donde vuelve a la capital austriaca.

Asimismo, hay cruceros de seis días que parten de Passau, en Alemania (Baja Baviera) hacia Melk (Austria), Dürnstein (Baja Austria), Viena, Esztergom (Hungría) y Budapest (Hungría). O el que parte de Amsterdam, en Holanda, y recorre en siete días Nijmegen (Países Bajos), Krefeld (Renania del Norte, Westfalia, Alemania), Colonia (al Oeste de Alemania), Königswinter (Alemania), Rudesheim (Alemania), Mannheim (Sureste de Alemania) y Estrasburgo (Francia) por el Rhin.

Además del Danubio y el Rhin, hay otros cruceros con sus respectivos recorridos por los ríos Sena, Duero, Volga y Ródano, en Europa. Y fuera del continente europeo, el rio Mekong, que recorre buena parte del Sureste asiático: China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam.

Un viaje hacia la historia

Los mercados de Navidad son una tradición en Europa desde la época de la Edad Media. El primer mercado navideño europeo del que se tiene constancia es el de Dresde, en Alemania, y data de 1434. A éste lo siguieron otros por el resto de la Europa germánica, en otras poblaciones de Alemania, Austria y Alsacia, al Norte de Francia, o Eslovaquia.

Con ellos se pretendía proporcionar a las gentes de los lugares donde se celebraban un motivo para convivir, confraternizar y compartir un cobijo que les refugiase del frio invierno centroeuropeo. También sirvieron para dinamizar el comercio y la economía en el Viejo Continente.

En los mercados navideños se servían abundantes comidas y bebidas, como vino caliente y anís para templar el cuerpo, dulces y otras viandas. Con el tiempo, se hicieron tradicionales y hoy en día se celebran en numerosas plazas de las principales poblaciones de Alemania, Austria, Francia, Países Bajos, República Checa, Italia, Dinamarca. Entre los más conocidos están los mercadillos navideños de Nuremberg, Praga, Estrasburgo, Tallín, Budapest, Copenhague, Bruselas, Basilea, Aachen, Múnich…

Para no quedarse en tierra

Se trata de auténticas galerías comerciales al aire libre, que lucen un gran colorido.; lugares en los que se entremezclan aromas, melodías y sensaciones con sonrisas, ilusiones, deseos de paz y de amor muy típicos de las fechas navideñas. Los mercados navideños marcan el inicio de las Navidades en toda Europa.

El crucero por los mercadillos de Navidad de Europa suele iniciar su mágica singladura a finales de noviembre. Los mercados navideños europeos suelen durar cuatro semanas. Para verlos todos o, al menos, los más significativos, sería preciso emprender numerosos viajes y alojarse en diversas ciudades, con el consiguiente gasto económico que ello representaría.

Sin embargo, en un crucero fluvial se pueden ver varios de ellos a la vez, alojándose en el barco y con el consiguiente ahorro de gastos.

Dado que los cruceros fluviales por los mercadillos navideños europeos tienen una elevada demanda, conviene reservar plaza con suficiente antelación para no quedarse en tierra. Conviene llevar dinero en efectivo, en euros y ropa de invierno variada para poder resistir los rigores invernales centroeuropeos.

Viajes con sabor

Los cruceros fluviales por los mercadillos de Navidad en Europa son viajes con sabor. En cada puerto, los cruceristas bajan a tierra y degustan los platos típicos locales en los propios mercadillos, en las calles europeas. De esta manera, pueden saborear las especialidades gastronómicas locales en cada localidad, lo que implica conocer en primera persona las tradiciones culinarias de los países que se van recorriendo.

Aunque por lo general el horario de los mercadillos navideños está limitado desde última hora de la mañana hasta las veinte horas locales (el frio en las calles centroeuropeas no es propicio para mantenerse abierto hasta una hora más tardía), los puestos de comidas sí suelen abrir hasta después. Al fin y al cabo, el frio se combate con la comida y bebidas que ofrecen.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: archivos