Internet y lectura: principales distracciones durante el Camino de Santiago
El móvil nunca falta en las mochilas de los peregrinos, pero también hay un hueco para la literatura. El año pasado completaron el Camino 301.036 personas.
El Camino de Santiago se ha convertido en una atracción turística de primer nivel y León constituye una pieza capital dentro del engranaje. Es el segundo punto de partida del Camino, y el que eligen numerosos peregrinos que se estrenan en la ruta jacobea. Para otros, León es la mitad del recorrido. Desde allí hasta Santiago quedan por delante 300 km; son 14 días de caminos cada vez más concurridos, repletos de viajeros con ganas de compartir una experiencia única.
Pero, ¿qué hacen los peregrinos durante el Camino de Santiago? Como es lógico, la principal actividad es caminar. La rutina siempre es la misma: levantarse muy temprano, recoger las pertenencias, asearse y desayunar. Luego empieza la caminata con sus correspondientes descansos y, al final, parada y fonda. Por término medio, los participantes caminan diariamente unas 5 ó 6 horas. La llegada a los albergues suele ser a primera hora de la tarde y aquí se inician los momentos de ocio. Son unas horas de asueto que pueden dar mucho de sí y en las que internet se está convirtiendo en el principal aliado.
El móvil, principal compañero de viaje
Mucho ha llovido desde que empezó el peregrinaje por el Camino de Santiago y mucho han cambiado los hábitos de los caminantes. En 1983, cuando tan solo hicieron el trayecto 1.800 peregrinos, las mochilas llevaban algún libro, un reproductor de música y algún cuaderno para apuntes. La mayor preocupación de los peregrinos era completar las etapas sin incidentes, descansar el máximo y no perderse. Por aquel entonces, los caminos ya estaban bastante señalizados pero eran frecuentes los despistes y no había Google Maps para guiarse.
Ahora, la situación es completamente distinta. El móvil es parte integrante de las mochilas y no solo sirve de guía y medio de comunicación, también se utiliza como divertimento. En los finales de etapa, es muy frecuente ver a los peregrinos distrayéndose con algún juego online o aprovechando un bono sin depósito de 888. Son formas fáciles de distraerse y ayudan a desconectar, aunque lo más habitual es interactuar con las redes sociales, colgando fotografías y añadiendo algún comentario.
Instagram está repleto de fotos de caminantes en la Cruz de Ferro. Otros clásicos en las instantáneas son la imagen del peregrino con su concha colgada en la mochila, el sellado de credenciales y, por supuesto, la llegada a la explanada de la Plaza del Obradoiro. Son momentos muy importantes en la vida de los peregrinos que todos desean inmortalizar y compartir con los demás.
Blogueros en ruta
El Camino de Santiago despierta emociones y es una fuente inagotable de experiencias. Por eso numerosos peregrinos hacen el trayecto cargados con algún dispositivo electrónico que les permite recoger sus reflexiones y transmitirlas al instante. En estos casos, la tablet es el aparato preferido. Es más cómoda que teclear en el móvil y, por supuesto, pesa mucho menos que un portátil.
La escritura ha sido y sigue siendo una actividad creativa estrechamente vinculada al Camino, igual que la fotografía. La diferencia con el pasado es que ahora todo se transmite al instante, y permite establecer un feedback directo con los lectores. Son hilos argumentales que ayudan al caminante a trasmitir sus experiencias, y que sirven también como herramienta para futuros peregrinos. En la actualidad, los blogs sobre el Camino son una fuente de información esencial y han desbancado en interés a las guías, los libros y a la mayoría de publicaciones sobre el tema.
Curiosamente, esa necesidad de expresar las emociones y sentimientos ha despertado en muchos peregrinos un interés especial por la escritura hasta entonces oculto. Algunos de los blogueros del Camino con más número de seguidores desconocían sus propias aptitudes para la narrativa. No sabían que eran capaces de escribir y no tenían ni idea de la repercusión que podrían llegar a tener sus textos.
Los libros, otros compañeros inseparables
La rutina diaria a menudo no deja tiempo para la lectura. En el Camino sí hay momentos para leer y es muy habitual toparse con compañeros sentados en algún rincón y enfrascados en la lectura.
El único enemigo para la concentración puede ser el cansancio. Por lo demás, el clima es propicio para la introspección y para sumergirse en el mundo de las letras. ¿Y qué se lee durante el Camino? Pues uno de los principales argumentos es el propio Camino, aunque también abunda la literatura, en especial la novela. En cuanto a los formatos, predomina el papel aunque está cobrando fuerza el contenido digital. Se trata de aligerar peso y en eso los dispositivos electrónicos llevan ventaja. Además, sirven para casi todo.
Hacer amistades
El Camino de Santiago es una actividad propicia para establecer vínculos de amistad. Los que han vivido la experiencia, suelen hablar de otros peregrinos con los que se cruzaron por casualidad y que acabaron convirtiéndose en inseparables compañeros de viaje.
Las conversaciones durante las etapas se alargan después en los bares, otra distracción predilecta entre el colectivo de peregrinos. Las cañitas se agradecen. Después de una larga caminata bajo el sol, nada mejor que una bebida refrescante y en buena compañía. Y esos momentos de relación se trasladan a menudo al terreno práctico. Paquetes de pasta que se comparten, botes de tomate, arroz, galletas… un intercambio a pequeña escala que sirve para aligerar peso y permite también compartir gastos.
Perfil del caminante
El nivel de participantes en el Camino de Santiago aumenta año tras año. En 2017 se alcanzó la cifra record de 301.036 peregrinos y para este año las previsiones son igualmente positivas. Solo en el mes de julio pasaron por la Oficina de Acogida al Peregrino cerca de 51.000 caminantes, lo que hace presagiar una nueva temporada histórica.
El Camino empezó su despegue internacional cuando fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el año 1993. Otro hecho que ayudó a promocionar la ruta fue el estreno de la película The Way (2010), en la que Martin Sheen homenajeaba a su padre, un emigrante gallego. Durante el Año Santo del 2010 se entregaron 272.135 compostelas, la cifra más alta hasta el momento y solo superada en 2017. La mayoría de peregrinos elige el Camino Francés. El año pasado siguieron esa ruta 187.737 peregrinos; cerca de 60.000 se decantaron por el portugués y a mayor distancia se situaron el resto de trazados.
Fuente: Diario de Valderrueda
Fotografía: LEOlytics
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