¿Qué se necesita para reformar tu casa de forma adecuada?

Hacer una reforma integral de una casa o un piso supone un esfuerzo de atención y coste alto, por lo que no vale tomar cualquier decisión a la ligera. Desde buscar la empresa de reformas adecuada, hasta elegir el más mínimo detalle, cada decisión quedará impregnada en lo que será el hogar de los años venideros.

Hay que tener en cuenta, precisamente, el largo plazo, por eso, es importante tomar unas decisiones pensando en el futuro. La primera de ellas es, por supuesto, contratar una empresa de confianza. A la hora de pedir presupuestos, no basta con tener en cuenta el más barato, si no de poner toda una casa en manos de profesionales. En esta primera elección debe pesar tanto la calidad del trabajo, la atención, las garantías y la experiencia. Esto se puede detectar cuando se comparan varios presupuestos, ya que la forma de presentarlos será siempre más clara en aquel que pertenezca a verdaderos profesionales. El lenguaje y los trabajos del sector de la construcción es complicado para quien no entiende y hay quienes pueden querer sacar ventaja de ello. Por eso, siempre que se vea un presupuesto y no se entienda algún término, hay que corroborarlo antes. El precontrato o contrato, si ya se ha decidido, debe cumplir unos requisitos mínimos: estar dividido en apartados, cada uno con su cuantía (fontanería, carpintería, electricidad, alicatados…). De esta forma, el cliente siempre podrá elegir cuál elegir o rechazar sabiendo cuanto afecta a la suma total; especificar la cobertura de responsabilidad en caso de que ocurra algún incidente; las fechas en las que va a tener la reforma que, aunque suelen ser aproximadas, puede existir un plazo máximo para finalizarla. Incluso, se puede dar una penalización en caso de no ceñirse a esos plazos; especificaciones de las garantías una vez terminada la obra, para poder reparar posibles defectos surgidos a causa de la reforma. Una vez estén de acuerdo ambas partes, llega el momento de tirar o poner la primera piedra.

El siguiente paso es informarse sobre los permisos necesarios y tener claras las pautas establecidas en una comunidad. Comenzar a hacer una reforma contradiciendo los mandatos preestablecidos de una finca puede ser motivo de denuncia e incluso, de demolición de lo construido. No cuesta nada corroborar estas pautas con los vecino antes de empezar y además, cuanta más consideración se tenga con ellos durante el tiempo que dure la reforma, menos problemas podrán causar.

¿Por dónde se empieza una reforma?

Cuando la reforma de una casa es completa, lo mejor es empezar por todas aquellas tareas que impliquen mover o levantar suelo y paredes. Es decir, cualquier trabajo de fontanería o electricidad que implique abrir rozas o mover cableado y tuberías que vayan por dentro de las paredes, el suelo o el techo, se debe hacer lo primero de todo. Y no solo eso, porque ante la duda de si hacer una rectificación, de meter un enchufe de más en una habitación o cambiar un grifo de sitio, lo más acertado y barato en este punto es hacerlo. Porque una vez se cierren las rozas, se pinta, se alicata y se pone el suelo, cuesta el doble de trabajo y de dinero querer volver a hacer esas modificaciones y la experiencia de más de uno en estas ocasiones sea, seguramente, el arrepentimiento.

La elección de los materiales de construcción

Como en todos los sectores, hay materiales para todos los gustos, formas y precios. Si uno comienza a mirar casas de azulejos, por ejemplo, se verá saturado por una cantidad abrumadora de información, modelos y tecnicismos. La primera criba que hay que hacer si se tiene un presupuesto fijado es el precio por metro cuadrado en caso de los azulejos, las baldosas y las tarimas. Moverse en un rango determinado acotará mucho la oferta.

Después de esto, un requisito importante en los suelos de baldosas y azulejos es su dureza y material. Por norma general, los materiales porcelánicos son más resistentes por ser compactos y además, suelen tener el mismo tono en todo el ancho de la pieza. Esto hace que si se hace alguna picadura por golpe, se verá siempre el mismo color y disimulará más el defecto.

En el caso de las tarimas, la dureza es importante, estando catalogada en una escala de AC1 a AC 6, de menos resistente a más. Lo normal en una casa es un AC4 pero en caso de tener mascotas, por ejemplo, nunca viene mal optar por un AC5. La materia prima también es importante siendo la más recomendable el roble. La haya o el cerezo tienden a cambiar más de tonalidad con el tiempo mientras que el roble es más duradero.

Puertas y ventanas, una dura elección

Cuando se compra una casa se da por hecho las puertas y ventanas que lleva pero en una reforma, cuando se tienen que elegir, se abre todo un mundo de posibilidades. En el caso de las puertas, no solo cuenta el modelo o la veta de la madera. También hay que elegir el grosor de los marcos y el rodapié a juego, las capas de lacado si se quieren más o menos resistentes, la conjugación con las puertas de los armarios (en caso de ser de obra), los pomos y las puertas principales a juego con cristal (o sin él). Cuando se quiere ser incluso más práctico, elegir entre puertas abatibles y correderas abre aún más el abanico de las opciones.

En cuanto a las ventanas, lo más importante a tener en cuenta es la eficiencia energética y el ahorro que pueden suponer al año en calefacción y aire acondicionado. Partiendo de esta base, cualquier precio se puede considerar una inversión amortizable a largo plazo. En este sentido, las ventanas abatibles son más herméticas que las correderas, pero dependerá del espacio disponible.

Tras repasar todos los puntos más importantes a la hora de hacer una reforma integral, hay un factor mucho más importante que el dinero y es sin duda, la paciencia para llevar los meses de obra de la mejor forma posible.

Fuente: Diario de Valderrueda

Fotografía: LEOlytics